ASIA/TAILANDIA - El futuro del país, entre la reconciliación y la amnistía para Thaksin

sábado, 15 octubre 2011

Bangkok (Agencia Fides) - Mientras en el norte del país y en la capital de Bangkok se han visto afectados por las fuertes inundaciones, para atraer la atención de la opinión pública es la difícil cuestión de la reconciliación nacional y de una posible amnistía, que puede afectar también al ex primer ministro Tahksin Shinawatra.
La "Comisión de Verdad y Reconciliación", cuyo objetivo es "curar las heridas del pasado" y buscar un futuro de unidad para la nación, está planeando convocar una conferencia nacional con los seis principales partidos para llegar a un acuerdo sobre los puntos controvertidos. Se abre camino, en esta etapa, una medida de amnistía, que beneficiaría a los miembros de ambos grupos políticos, que han dominado la escena de la última década: los demócratas (con los partidarios de los "camisas amarillas") y los "populares" (con los "camisas rojas "). El "perdón" tocaría a generales del golpe de Estado de 2006, así como a los líderes militares y políticos involucrados en los disturbios de mayo de 2010, que causaron la muerte de 91 personas, entre soldados y manifestantes en Bangkok.
Según el gobierno de Yingluck Shinawatra, elegida Primer Ministro el pasado julio, a la cabeza del partido "Pheu Thai", la amnistía, debe servir para reconciliar a una nación dividida sin remedio, entre la burguesía y las masas urbanas y rurales, entre las élites de intelectuales y los pobres.
Sin embargo, entre los beneficiarios de la ley que los abogados del gobierno están desarrollando, está el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, el magnate que gobernó Tailandia entre 2001 y 2006, acusado de corrupción, que fue derrocado en un golpe de Estado y huyó al extranjero. Thaksin es un personaje aún muy discutido hoy en día, según los analistas, ya que su hermana es Primer Ministro. La medida le permitiría regresar a Bangkok sin tener que cumplir a dos años de prisión por corrupción, de acuerdo con la sentencia que le obligó a exiliarse en 2008.
En contra de esta posibilidad se están uniendo amplios sectores de la sociedad civil, la política y el ejército. Algunos comentaristas cuestionan si el posible regreso de Thaksin podría llevar a otro golpe de estado, o si, antes de un evento tan sensacional, el rey Bhumibol, un tradicional punto de referencia para el pueblo tailandés, podría tener la fuerza para oponerse.
Una fuente de Fides de la Conferencia Episcopal de Tailandia, dijo: "Es muy difícil predecir lo que sucederá. La gente está muy confundida y el panorama político sigue siendo muy fluido. No sabemos lo que realmente sucede detrás de todo esto. Y a los ciudadanos no se les dice la verdad, así que la opinión pública no es realmente cosciente. La urgencia ahora es la transparencia". (PA) (Agencia Fides 15/10/2011)


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