AFRICA/COSTA DE MARFIL - No parece que Gbagbo se rinda de forma inmediata; "cuando la emergencia termine será difícil reconciliar los animos", dice el Vicario General de Abidján

viernes, 8 abril 2011

Abidján (Agencia Fides) - “Aparte de algunos disparos esporádicos huelga, la situación está en calma. En todas las parroquias de Abidján, hay desplazados. Sólo en la Catedral hemos acogido a dos mil desplazados. Sin embargo, hacen falta alimentos y medicinas", dice a la Agencia Fides Mons. Yessoh Pierre Claver N'Guessan, Vicario General de la Arquidiócesis de Abidján, la capital administrativa de Costa de Marfil, dónde hasta ahora han fracasado los intentos de expulsar por la fuerza al ex Presidente Laurent Gbagbo de su residencia. Ayer por la tarde, 7 de abril, el Presidente electo, Alassane Ouattara, en un discurso a la nación, ha lanzado un llamamiento a la reconciliación nacional. También ha declarado que sus fuerzas no tratarán de realizar nuevos ataques a la residencia de Gbagbo, simplemente lo rodearán, y esperaran a que el ex Presidente y sus hombres se entreguen después de haber terminado la comida y el agua.
“No creo que se reanuden los combates, creo que prevalecerá una solución negociada, pero tomará tiempo", afirma Mons. N'Guessan. "El verdadero problema será reconciliar a la población de la Costa de Marfil. Será muy difícil hacer que se acerquen entre ellos los partidarios de ambas partes. La implicación de Francia, Estados Unidos y la Unión Africana ha dividido enormemente a la población", concluye el Vicario.
Las Fuerzas de Ouattara, respaldadas por la ONUCI (la Misión de las Naciones Unidas en Costa de Marfil) y de los militares franceses de la "Force Licorne", ahora controlan la mayor parte del país. Gbagbo está atrincherado en la residencia presidencial, convertida en un bunker, junto con unos 200 de sus aliados más fieles. (L.M.) (Agencia Fides 8/4/2011)


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