ASIA/FILIPINAS - Desarrollar una cultura de la integridad, participar en el proceso de transformación nacional, construir condiciones de paz e intensificar la lucha contra la corrupción: el papel de los católicos tras las elecciones

martes, 13 julio 2004

Manila (Agencia Fides) - En días pasados en Manila, después del Congreso del clero filipino, los Obispos filipinos se han reunido en asamblea para discutir sobre el papel de la comunidad católica dentro del país, en el nuevo cuadro delineado después de las elecciones del 10 de mayo. El Presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Fernando Capalla, Arzobispo de Davao, ha informado que los Obispos han concordado sustancialmente sobre el regular desarrollo de las elecciones, en base a las informaciones recibidas por los mismos voluntarios que han controlado el proceso. Mons. Capalla anunció después que la Conferencia Episcopal formará un comité ad hoc con el objetivo futuro de preparar las diócesis para salvaguardar la honestidad y la transparencia de las elecciones.
El Arzobispo ha dicho: "Es tiempo de mirar más allá de las elecciones. Nuestro pueblo tiene que ir adelante con fe y esperanza. Encendidos en el amor por nuestro país, estamos llamados a desarrollar una cultura de la integridad, a participar en el proceso de transformación nacional, a construir condiciones de paz e intensificar la lucha contra la corrupción. Es un proceso largo que requiere perseverancia y atención, pero sólo podremos trabajar eficazmente por un cambio social a través de la conversión de las mentes y los corazones."
Mientras tanto, ha concluido el primero Congreso del clero filipino que ha visto reunidos a unos 3.900 sacerdotes en Manila de 5 al 9 de julio, para una experiencia de reflexión, intercambio, oración. La asamblea ha reafirmado su compromiso por la renovación del clero, de la Iglesia y del país, para construir la paz y unidad.
Los sacerdotes han vivido en los últimos días, junto con todo el pueblo filipino, la aprensión por la suerte de Angelo de la Cruz, el trabajador filipino secuestrado y amenazado de muerte en Irak. La Iglesia filipina ha lanzado una gran movilización de oración, ante la noticia del ultimátum sobre la vida de de la Cruz, y el gobierno de Manila ha anunciado la retirada de los 50 militares filipinos desplegados en el país, con la esperanza de quitar todos los posibles obstáculos a la liberación del rehén.
"Ha sido un extraordinario momento de gracia", afirma el comunicado final del Congreso. "Estos días han sido una intensa experiencia de unión con Dios y con los otros, vivido en el Señor". “Nos hemos comprometido a abrazar con alegría el don de nuestra vocación (...) Reforzaremos nuestra comunión con la Iglesia y con la humanidad a través de una concienzuda proclamación del Evangelio, una fiel celebración de los Sacramentos, un humilde servicio pastoral a la comunidad Por intercesión de María, que nosotros sacerdotes podamos convertirnos en un clero renovado en una Iglesia renovada en un país renovado." (PA) (Agencia Fides 13/7/2004 Líneas: 36 Palabras: 484)


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