La Plata (Agencia Fides) – Su Exc. Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, en su habitual reflexión semanal en el programa televisivo "Claves para un mundo mejor", del canal America TV, ha hablado de los cambios culturales que se producen en el país mediante la intrusión de ideas totalmente extrañas a las tradiciones locales. Después de haberse preguntado: "¿De dónde proceden estas ideas, estos proyectos? ¿Son una originalidad nuestra?” el Arzobispo a respondido: “Hay que decir que no”. Se trata de un proyecto global “que viene de las Naciones Unidas y de una serie de organizaciones satélites de las Naciones Unidas” ha añadido.
En la nota enviada a la Agencia Fides, se puede leer como el Arzobispo ha observado que “se trata de un cambio de paradigma” y que “hay mucho dinero que corre detrás de este intento de cambiar los paradigmas de conducta y alterar lo que son los auténticos derechos humanos”.
"Podemos pensar que hay aquí una conspiración en el peor sentido de la palabra. Hay una conspiración tendiente a homogeneizar el pensamiento y la conducta en el mundo entero y esto procede de los centros de poder mundial. Especialmente de los centros de poder político, sostenidos por los centros de poder financiero. Si no se ve aquí un nuevo colonialismo, un nuevo imperialismo, no sé qué nombre darle ".
Uno se pregunta: “¿Cómo es posible que los legisladores argentinos asuman esas ideas y las conviertan en proyectos de leyes? La transversalidad que encontramos en nuestros cuerpos legislativos tiene una dimensión internacional que se presenta como progresista y que se funda en una concepción antihumana y anticristiana, la que caracteriza a la posmodernidad”, ha señalado Mons. Aguer.
El Arzobispo ha añadido: "“¡Habría que resolver tantos problemas en Argentina! Por ejemplo: los pobres jubilados, marginados siempre y que nunca van a tener la pensión que se merecen; la cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan; las migraciones internas que acaban en los nuevos asentamientos en condiciones infrahumanas; una pobreza creciente, o la inseguridad... En este tema vemos que el estado no puede tutelar plenamente la vida y los bienes de la población pero se toma el trabajo de recomponer el Código Civil, el Código Penal y de imponer estos nuevos paradigmas que son nada más que la punta de lanza de un nuevo colonialismo, de un imperialismo mundial que desprecia especialmente a los pobres”.
El Arzobispo ha concluido indicando que “nombre de los derechos humanos las Naciones Unidas, que debieran ser su tutela, se convierten en violadoras del derecho natural. Y eso es porque ya desde hace varios años, se han impuesto en estos centros mundiales del poder ideologías contrarias a la naturaleza de la persona humana y, por tanto, de su dignidad, de sus auténticos derechos y de los deberes correspondientes”. (CE) (Agencia Fides, 20/10/2010)