AFRICA/GUINEA - "Una verdadera democracia se construye cambiando la mentalidad dominante", afirma el Arzobispo de Conakry.

lunes, 18 octubre 2010

Conakry (Agencia Fides) - "En la víspera de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, debemos preguntarnos con franqueza: ¿que queremos?¿Dónde queremos llegar proclamando slogan en nombre de la democracia?¿Estamos sinceramente dispuestos a romper con el hombre viejo que vive en nosotros, con las prácticas mafiosas del pasado?¿Estamos listos para volver a nacer de nuevo, a someternos a las exigencias de la transparencia, a las limitaciones de la ley?". Esto es lo que escribe Su Exc. Mons. Vincent Coulibaly, Arzobispo de Conakry, capital de la República de Guinea, en un mensaje publicado en la víspera del 24 de octubre para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
En el mensaje enviado a Fides, el Arzobispo de Conakry invita a los líderes políticos del país (Presidente, órganos de transición, candidatos) a dejar de lado las ambiciones personales y trabajar por el bien del pueblo de Guinea. Mons. Coulibaly invita a la población a ver "en la diversidad de etnias, idiomas, regiones y religiones, una piedra esencial para la construcción armoniosa de Guinea".
El Arzobispo de Conakry compara el camino hacia la democracia emprendido por Guinea, "al éxodo del pueblo de Dios en camino para la liberación de los grilletes de la esclavitud”, un hecho que “nos debe hacer más solidarios, en la víspera de la etapa final". Una vez que termine el proceso electoral, no quiere decir que el viaje ha finalizado porque, advierte MONS. Coulibaly, "no es suficiente entrar en la tierra prometida, hace falta establecerse, cultivando la tierra conquistada con tanto sacrificio".
No es una tarea fácil porque, como ha recordado el Arzobispo de Conakry, el pueblo de Guinea está atravesado por divisiones que deben ser sanadas. "No somos ya, debemos admitirlo con toda honestidad, una nación orgullosa y rica por la diversidad de sus pueblos y sus regiones, nos hemos convertido en un conglomerado de grupos étnicos, que revindican su legitimidad para governar sobre los demás apropiandose, por todos los medios, del poder político y económico. Porque en África, el poder político se ha convertido en un trampolín para la promoción económica y financiera de un individuo y de un grupo exclusivo, en lugar de ser un lugar donde se asume la responsabilidad a favor del pueblo”.
Mons. Coulibaly concluye con la esperanza de que "podamos entender que el sistema democrático no puede lograrse simplemente mediante la creación de nuevas estructuras, sino a través de una nueva creación de la estructura de nuestra mentalidad, de todo nuestro ser". (L.M.) (Agencia Fides 18/10/2010)


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