ASIA/INDONESIA - Religión, etnias, fundamentalismo y pruebas de diálogo en el archipiélago indonesio

sábado, 3 julio 2004

Yakarta (Agencia Fides) - Archipiélago de 17.000 islas extendidas por el Océano Indico y Pacífico, Indonesia es uno de los Estados más poblados del mundo, 215 millones de habitantes, con una cultura milenaria, más de 250 grupos étnicos y una miscelánea de religiones, hasta el punto que desde que se convirtió en república independiente, en 1945, su lema es “unidad en la diversidad”. Pero Indonesia es, sobre todo, una fortaleza del Islam: los seguidores de Mahoma rozan el 90% de la población, lo que le convierte en el país con el mayor número de musulmanes del mundo y le asigna un papel importante en el escenario internacional.
¿Cómo se explica "la obligación de religiosidad" en Indonesia? La Constitución de 1945, año que abre la era del padre fundador Sukarno, después del dominio colonial holandés, acogió una tendencia natural de la gente: el pueblo indonesio es profundamente religioso. La religión está en la base de la vida personal, familiar y social, y, por lo tanto, del estado: en las escuelas si no se pasa el examen de religión no se pueden hacer los otros exámenes, desde la escuela elemental a la universidad.
Por ello, la Constitución sanciona la filosofía que es a la base del Estado: el Pancasila, es decir, la filosofía de los cinco principios (panca = cinco, sila = principio): fe en un único Dios supremo; humanidad justa y civil; unidad de Indonesia; democracia dirigida por la sabiduría; justicia social. Precisamente por esta "religiosidad natural" (que no significa teocracia; Indonesia es un estado laico) en el carné de identidad de todo ciudadano siempre tiene que indicarse la religión que se profesa. Hecho que puede engendrar ambigüedad: por ejemplo, se dice que el pueblo indonesio es musulmán en un 90%, pero según algunos analistas los musulmanes no son más del 55%. Muchos, en efecto, se declaran musulmanes sólo porque, con la mayoría edad, tienen que indicar en los documentos la pertenencia a una de las religiones reconocidas. Y así los animistas se convierten, para el estado, en musulmanes.
El Islam indonesio, digerido en el carácter social tolerante de la cultura javanesa (Java es la isla mayor, con 100 millones de habitantes) es tradicionalmente moderado y siempre ha coexistido pacíficamente con las minorías. Pero parece haberse verificado un cambio de tendencia en los últimos años, que han visto el nacimiento y el desarrollo de grupos islámicos extremistas. En la isla de Sumatra, por ejemplo el gobierno ha prohibido a los extranjeros establecerse en Indonesia, principalmente para evitar la llegada de predicadores árabes, portadores de extremismo anti-norteamericano y a veces anticristiano. El peligro del fundamentalismo es real, si se piensa que la provincia de Aceh, en la isla de Sumatra, ha salido a escena por la introducción de la ley sharia. Ya se produjo una oleada de protesta fundamentalista hace dos años con los bombardeos americanos en Afganistán y más recientemente con la guerra en Irak.
Episodios de fundamentalismo islámico se han registrado en el archipiélago indonesio de las Molucas, afectadas en el bienio 1999-2000 por una guerra civil que tomó tintes religiosos por la presencia del movimiento integrista Laskhar jihad.
Papel determinante tienen, pues, las organizaciones islámicas moderadas Nahdlatul Ulama y Muhammadiyah (cuentan en total con cerca de 70 millones de seguidores). Corresponde a líderes religiosos iluminados como al Cardenal Julius Riyadi Darmaatmadja, Hasym Muzadi (Nadhlatul Ulama), y Syafii Maarif (Muhammadiyah) tratar de dar al país una contribución decisiva de armonía y unidad. Los líderes han lanzado un National Moral Movement que está trabajando activamente a nivel nacional e internacional por la reconciliación, el diálogo y la paz.
(PA) (Agencia Fides 377/2004 Líneas: 45 Palabras: 610)


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