Mangochi (Agencia Fides) – “Hemos ido a celebrar la Pascua en la prisión de Mangochi en una de las 26 cárceles de Malawi que a menudo parecen casas de ‘muertos vivientes’. Muertos para la sociedad que los mantiene alejados, muertos porque no encontrarán jamás la vía de retorno a casa y muchos terminarán por pasar de una cárcel a otra con la huella indeleble de quien se ha equivocado y ha cometido el error de dejarse atrapar” dijo a la Agencia Fides el P. Piergiorgio Gamba, misionero monfortiano que trabaja desde hace más de 30 años en Malawi.
“Los presos son separados de sus familias y de la libertad, obligados a no hacer nada, a simplemente contar los días que no pasan más, arriesgando perder todo sentido de autoestima y el valor de la propia vida” explica el P. Gamba.
“En Mangochi la gran mayoría de la población es musulmana y la Misa aventuraba ser celebrada sólo por una minoría. Podría ser considerada ‘una invasión religiosa’ solamente aceptada por la promesa de un almuerzo que, al menos por una vez al año, permitía recordar el sabor de la carne de vaca, y el regalo de alguna pastilla de jabón para vencer la sarna al menos por algunos días” dijo el misionero. Pero estas dudas han rápidamente desaparecido de frente a la acogida de los presos. El P. Gamba cree que “contar la historia de Jesús resucitado en la cárcel se convierte en un mensaje revolucionario capaz de vencer la racionalidad o la incredulidad de quien no cree en la posibilidad de reformarse, de un cambio y una conversión de la propia vida. La historia de Jesús logra cambiar la vida contra todo pronóstico. Criminales juzgados incorregibles, por una misteriosa cercanía a un Dios que sufre y se levanta, son capaces de una renovada compasión y de un total cambio de vida”.
Como demostración concreta de la promesa de Jesús de renovar todas las cosas, los presidiarios escucharon el testimonio de Gezina, la responsable de la “Half Way House” de Balaka. “Yo he pasado tantos años en la cárcel en Chichiri. Robé y cumplí mi pena…la vida puede cambiar si confías en Jesús. Déjate amar y eso bastará” comentó.
Luego intervinieron las jóvenes y mujeres que hace pocos meses salieron de la cárcel y que por los próximos meses vivirán en la “Half Way House”. “Estamos aquí para decirles: ¡Coraje! En casa los esperan, los esperan sabiendo que pueden cambiar. No rechacen la esperanza de vuestras mujeres e hijos. Si confías en Jesús, hoy es tu resurrección”. (L.M.) (Agenzia Fides 7/4/2010 líneas 28, palabras 425)