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Copiapo (Agencia Fides) – Un llamado a reconocer y acoger a Jesús en la propia vida y a asumir la responsabilidad de la actividad de la evangelización: así, P. Alejandro Castillo, Vicario General de la diócesis de Copiapo, resumió el significado de la fiesta de la Presentación en el Templo de Jesús en su homilía durante la Misa solemne en el Santuario de Copiapó. La “Fiesta de la Candelaria” es muy seguida en esta zona del Chile, al punto que las celebraciones duran una semana entera. La Mesa solemne es acompañada por bailes religiosos, y en esta circunstancia también es celebrada una Misa por los difuntos de la comunidad, especialmente para los bailarines de la Candelaria ya difuntos.
En la homilía de la fiesta de este año, P. Castillo dijo que todos estimo llamados a vivir una experiencia profunda con Dios, con María que nos muestra a su Hijo, que es el Modelo para todos los fieles de Atacama, para ser discípulos misioneros. En el año del bicentenario podemos observar que hemos construido un país más desarrollado, pero “nos preocupa aún la desigualdad escandalosa”, evidenció el Vicario. Visto que en la cultura local la mesa es el lugar del encuentro familiar y fraterno, “invitamos a todos en Chile a multiplicar las mesas para promover encuentros, para el dialogo, para hablar como hermanos, compartiendo el pan y la palabra, los proyectos y los bienes”, dijo P. Alejandro, quien concluyó observando cómo Nuestra Señora de La Candelaria nos ayuda en la tarea de ser constructores de un país que quiere “una mesa de fraternidad, alegría, paz y justicia” y nos invita a encontrar a su hijo Jesús, “para renovar la fuerza para nuestra misión, que viene de Él y en Él termina”.
P. Castillo se reunió con los obreros, quienes rezaron durante la fiesta por los que no tienen trabajo e ilustraron la situación de los trabajadores de la mina, obligados a las huelgas de hambre para llamar la atención sobre sus problemas. (CE) (Agencia Fides 13/02/2010; líneas 23, palabras 338)
