VATICANO - El Papa al Consejo post-sinodal de la Asamblea Especial para África: para romper las nuevas cadenas que afligen al continente "es necesario el esfuerzo conjunto de todas las fuerzas vivas de la sociedad, en particular de las de la Iglesia, que ya trabajan en ello e intervienen a todos los niveles con abnegación y dedicación."

miércoles, 16 junio 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Definí la Primera Asamblea Especial como ‘el Sínodo de la resurrección y la esperanza’ (Ecclesia en África, 13) y así ha sido realmente, porque ya se entreven aquí y allá los primeros signos de este nuevo floracimiento. Sin embargo, desgraciadamente, este Continente no parece conocer tregua ni paz duradera." Ha dicho el Santo Padre Juan Pablo II al recibir en audiencia el 15 de junio, a los participantes en la reunión del Consejo post-sinodal de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos para la Asamblea Especial de África.
"A los conflictos internacionales se suman los focos endémicos de lucha que siembran terror y devastación entre las poblaciones, deseosas solamente de vivir en una serenidad por fin hallada. A eso se suman los otros flagelos que golpean África y los africanos: la pobreza, que deriva tanto de una situación económica comprometida como de las difíciles condiciones en que se encuentran los sectores de la educación y la salud. A este respecto ¿cómo no recordar el drama social del SIDA; la inseguridad debida a los conflictos en curso o latentes y, por último, la corrupción todavía presente a demasiados niveles en la sociedad civil? Así se cierra el círculo vicioso que provoca la gangrena a este cuerpo joven lleno de vigor."
El Papa ha subrayado después que “para romper estas nuevas cadenas es necesario el esfuerzo conjunto de todas las fuerzas vivas de la sociedad, en particular de las de la Iglesia, que ya trabajan en ello e intervienen a todos los niveles con abnegación y dedicación”. La Iglesia universal ya ha recordado a los grandes del mundo cinco prioridades para restituir cuanto les ha sido sustraído a los africanos, a menudo con violencia: el respeto de la vida y las diversidad religiosa, la erradicación de la pobreza, el fin del tráfico de armas, la solución de los conflictos y la acción con vistas a un desarrollo motivado por la solidaridad.
La Asamblea Especial para África subrayó la dimensión familiar de la Iglesia, insistiendo sobre la noción de Iglesia-familia de Dios, y en este cuadro 'familiar', el Santo Padre ha vuelto a llamar la atención sobre "la necesidad de una auténtica reconciliación fraterna, después de las heridas provocadas por los conflictos que todavía entorpecen las relaciones interpersonales, inter-étnicas e internacionales en los diversas regiones de África".
¿No habrá llegado el momento, como solicitan numerosos Pastores de África, de profundizar esta experiencia sinodal africana? El excepcional crecimiento de la Iglesia en África, la rápida sustitución de los Pastores, los nuevos desafíos que el Continente tiene que afrontar exigen respuestas que sólo la continuación del esfuerzo solicitado para la puesta en práctica de la Ecclesia in África puede ofrecer, dando así un renovado vigor y una reforzada esperanza a este Continente en dificultad." (S.L) (Agencia Fides 16/6/2004 - Líneas: 38 Palabras: 522)


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