ASIA/COREA DEL SUR - “Corea necesita puentes, no muros”, dice a Fides el arzobispo de Kwangju con ocasión de la visita de Obama

jueves, 19 noviembre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Puentes, no muros para Corea: apremia actuar “para la reconciliación con los hermanos del Norte”, para poner punto final a la “guerra fría y a la 'cortina de hierro', residuo del siglo pasado”. Es cuánto declara en un coloquio con la agencia Fides Su Exc. Mons. Andreas Choi Chang-mou, Arzobispo de Kwangju y miembro de la Comisión Especial por la Reconciliación en el seno de la Conferencia Episcopal coreana.
Según el arzobispo - entrevistado por la Agencia Fides con ocasión de la asamblea Plenaria de la Congregación por la evangelización de los Pueblos – “en este proceso, mucho depende de la comunidad internacional y de las grandes potencias implicadas: EE.UU., Rusia, China y Japón”. Al presidente de EE.UU. Barak Obama, en visita a Seúl, el arzobispo recuerda “los óptimos resultados de la sunshine policy inaugurada por el difunto líder Kim Dae Jung”, que llevó a una fuerte aproximación e históricas señales de abertura entre Corea del Norte y Corea del Sur. “Sería una política que relanzar, a todos los niveles”, nota el arzobispo.
En los años de la presidencia de Kim Dae Jung, nota Mons. Choi Chang-mou, “se inició un camino de abertura (el llamado sunshine policy) que se ha interrumpido desaforadamente después del fin del mandato de Kim. Ha sido una detención querida por la política y el actual gobierno, más conservador y rígido. La Iglesia, incluso en su pluralismo interior, compartía y apoyaba aquella impostación”.
El arzobispo manda un mensaje al Presidente Obama: “A 20 años de la caída del muro de Berlín, mirando aquel histórico acontecimiento, querría decir: Corea necesita puentes, no muros. Tenemos que trabajar en esta dirección”.
“La Iglesia - explica - sustenta la política del diálogo, que en pasado había dado óptimos resultados y grandes señales de esperanza. Para contribuir a la reconciliación del pueblo coreano hemos instituido una adecuada Comisión para la Reconciliación a nivel de Conferencia Episcopal. Considerando la situación del norte de Corea, el conflicto sedimentado desde hace medio siglo, somos conscientes que el recorrido de aproximación tendrá que ser gradual. No podemos hablar de 'misión', sino de diálogo y reconciliación. Todo parte del considerar a los coreanos al Norte nuestros hermanos, personas que amar, más allá de la ideología y del poder opresivo que padecen”.
La Iglesia en Corea del Sur tiene entre sus prioridades pastorales la ayuda y la solidaridad hacia los hermanos del Norte, recuerda el arzobispo: “Trabajamos allí a través de la Caritas y las obras sociales, puesto que la población al Norte versa en condiciones de extrema pobreza: es una cuestión humanitaria y de desarrollo humano, así se expresa el amor al prójimo”
Sobre la presencia de “semillas de fe cristiana” en el Norte de Corea, el arzobispo subraya: “En el Norte de Corea, después de las persecuciones de las décadas pasadas, queda una 'Iglesia del silencio': una comunidad de personas que no han dejado extinguir la llama del Espíritu pero que no tienen libertad de mostrarse fieles a Cristo. Es una Iglesia que sufre, que debe ser animada y poco a poco despertada, no abandonada”. (PA) (Agencia Fides 19/11/2009)


Compartir: