ÁFRICA/SUDÁFRICA - Se teme una nueva ola de violencia xenófoba; el portavoz de la Conferencia Episcopal a Fides: “Estamos en contacto con el Ministerio del Interior y seguimos con atención la evolución de la situación”

miércoles, 18 noviembre 2009

Johannesburgo (Agencia Fides) - “Estamos en contacto con el Ministerio del Interior y estamos siguiendo con atención la evolución de los eventos, para comprender con precisión aquello que está sucediendo. Cuando se tendrá un cuadro exacto de los eventos podremos expresar una evaluación”, dice a la Agencia Fides el p. Chris Townsend, portavoz de la SACBC (la Conferencia episcopal de Sudáfrica, Botswana y Swazilandia), a propósito de la situación de las cerca 2700 personas que están pidiendo asilo de nacionalidad zimbabuense y que han sido obligadas a refugiarse en un “campo de seguridad” en De Doorns, una localidad rural a cerca de 150 kilómetros de Ciudad de del Capo.
Durante los días pasados, los habitantes de Zimbabwe han sido objeto de ataques xenófobos por parte de la población local, que los acusa de “robar puestos de trabajo”, porque los zimbabuenses están dispuestos a aceptar pagas inferiores a las de los trabajadores sudafricanos, empleados en las compañías agrícolas del área.
Según la agencia de prensa promovida por la ONU, IRIN, en la mañana del 17 de noviembre, grupos organizados han atacado el campo de Stofland, el más grande campo abusivo de De Doorns. El comandante de la estación local de policía, el superintendente Van der Westhuizen dijo a IRIN que la situación se volvió tensa el 13 de noviembre, cuando algunos ciudadanos de Zimbabwe estuvieron involucrados en una discusión violenta. Después del accidente, cerca de 68 ciudadanos de Zimbabwe han abandonado la zona, temiendo un recrudecimiento de violencia xenófoba.
La policía, acompañada por funcionarios del gobierno local, tuvo una reunión informal con los residentes de la ciudad la tarde del 16 de noviembre para calmar la situación. “Pero los residentes han amenazado con impedir a los zimbabuenses el ir a trabajar el 17 de noviembre”, dijo Van der Westhuizen. La policía tuvo que disparar proyectiles de goma para dispersar a los residentes que atacaron algunas barracas en el campo de Stofland, obligando a los ciudadanos de Zimbabwe a escapar. “Afortunadamente ninguno de los ciudadanos de Zimbabwe ha sufrido daños y todos han podido transferirse con sus efectos personales”, dijo el superintendente de policía.
Este episodio recuerda la ola de violencia xenófoba que estallo en mayo de 2008 en Johannesburgo, difundiéndose rápidamente en diversas partes del país. La violencia provocó la muerte de más de 60 personas, mientras 100.000 extranjeros fueron obligados a refugiarse en áreas protegidas.
El encenderse de nuevo de las tensiones xenófobas está en relación con la recesión económica global que afectó Sudáfrica en modo dramático. Según los últimos datos de las autoridades sudafricanas, el país perdió 484.000 puestos de trabajo en los últimos seis meses, haciendo subir la tasa de desocupación al 24,5 por ciento en el período julio-setiembre 2009, respecto al 23,2 por ciento en el mismo período del 2008. (L.M.) (Agencia Fides 18/11/2009; líneas 35 palabras 464)


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