VATICANO - Benedicto XVI abre la II Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos: “el Sínodo es un momento propicio para repensar la actividad pastoral y renovar el impulso evangelizador”

lunes, 5 octubre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Con las palabras de saludo litúrgico “Pax vobis” el Santo Padre Benedicto XVI se dirigió a los Padres Sinodales y a los Colaboradores de la II Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, durante la Solemne Concelebración Eucarística que presidió en la Basílica Vaticana el domingo 4 de octubre. Recordando, hace quince años, el 10 de abril de 1994, la apertura de la primera Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, Benedicto XVI afirmó: “el hecho que nos encontremos hoy aquí para inaugurar la segunda, significa que lo que fue un evento verdaderamente histórico no constituye un hecho aislado. Fu el punto de llegada de un camino que luego es continuado, y que hoy llega a una nueva y significativa etapa de afirmación y de impulso”.
Al comentar las lecturas bíblicas del domingo, que trataron acerca del matrimonio, aunque, como afirma el Papa, “más radicalmente hablan del designio creador, del origen y, por ello, de Dios”, poniendo en evidencia “el primado de Dios Creador, con la validez perenne de su impronta originaria y la precedencia absoluta de su señorío”, el Santo Padre destacó que “el reconocimiento del señorío absoluto de Dios es ciertamente uno de los temas saltantes y unificadores de la cultura africana”. Las múltiples y diversas culturas presentes en África “parecen todas concordar en este punto: Dios es el Creador y la fuente de la vida. Pero la vida –lo sabemos muy bien– se manifiesta sobre todo en la unión entre el hombre y la mujer y en el nacimiento de los hijos; la ley divina, inscrita en la naturaleza, es por ello más fuerte y preeminente respecto de cualquier ley humana”.
Benedicto XVI subrayó luego tres aspectos presentes en la Liturgia de la Palabra que interpelan a los Padres Sinodales: el primado de Dios, Creador y Señor; el matrimonio; los niños. “Sobre el primer aspecto África es depositaria de un tesoro inestimable para el mundo entero: su profundo sentido de Dios”, afirmó el Santo Padre, quien citó el patrimonio espiritual y cultural del continente como “un inmenso ‘pulmón’ espiritual, para una humanidad que parece en crisis de fe y de esperanza”. Sin embargo, constituyen una verdadera amenaza para la “salud” de este pulmón el materialismo práctico, combinado con el pensamiento relativista y nihilista, ya difundido en el mundo occidental (“el así llamado ‘primer’ mundo, ha exportado y exporta desechos espirituales tóxicos, que contagian a las poblaciones de otros continentes, entre los cuales están de manera particular las africanas. En este sentido, el colonialismo, ya abolido en el plano político, no está del todo acabado”) y “el fundamentalismo religioso, mezclado con intereses políticos y económicos”.
En relación con el tema del matrimonio, el Papa recordó que “la vida conyugal entre el hombre y la mujer, y por ende de la familia que deriva de ella, está inscrita en la comunión con Dios y, a la luz del Nuevo Testamento, se convierte en ícono del Amor trinitario y sacramento de la unión entre Cristo y la Iglesia. En la medida en que custodie y profundice en su fe, África podrá encontrar inmensos recursos que poner al servicio de la familia fundada en el matrimonio”.
La infancia, por último, “constituye una parte grande y, lamentablemente, sufriente de la población africana”, prosiguió Benedicto XVI, recordando aquella página evangélica en la que Jesús acoge a los niños, oponiéndose a los discípulos que querían alejarlos, en lo cual “vemos la imagen de la Iglesia que, en África, así como en otras partes de la tierra, manifiesta su maternidad sobre todo frente a los más pequeños, incluso con aquellos que aún no han nacido”.
En su homilía el Papa puso a la luz nuevamente la continuidad de la Asamblea Sinodal actual con aquella precedente, que fue dedicada al continente africano, cuyos frutos fueron presentados en la Exhortación Apostólica Ecclesia in Africa. “Sigue siendo naturalmente válida y actual la tarea primaria de la evangelización, más aún, de una nueva evangelización –afirmó Benedicto XVI– que tenga en cuenta los rápidos cambios sociales de nuestra época y del fenómeno de la globalización mundial. Lo mismo se debe decir de la decisión personal de edificar la Iglesia como familia de Dios”. Luego de recordar el gran dinamismo de la Iglesia Católica en África en los últimos años, el Santo Padre puso en evidencia que “el crecimiento de la comunidad eclesial en todos los campos comporta también retos ad intra y ad extra; el Sínodo es un momento propicio para repensar la actividad pastoral y renovar el impulso evangelizador”. Luego, exhortó a poner siempre los ojos en el horizonte alto de la vida cristiana, es decir la santidad. Los Pastores y todos los miembros de la comunidad eclesial, con el auspicio de la Iglesia en África, pueda ser siempre “una familia de auténticos discípulos de Cristo, en que la diferencia entre etnias se vuelva motivo y estímulo para un enriquecimiento humano y espiritual mutuo”.
Finalmente, Benedicto XVI destacó la gran contribución que la Iglesia puede hacer en África a toda la sociedad a través de su obra de evangelización y promoción humana, ya que su vocación “es la de ser profecía y fermento de reconciliación entre los diversos grupos étnicos, lingüísticos y también religiosos, tanto al interior de cada país como en todo el continente. La reconciliación, don de Dios que los hombres han de pedir y acoger, es fundamento estable sobre el cual construir la paz, condición indispensable para el auténtico progreso de los hombres y de la sociedad, según el proyecto de justicia querido por Dios”.
Al término de la homilía, el Santo Padre invitó a rezar por los trabajos de la Asamblea sinodal, tanto los presentes como los monasterios de clausura y las comunidades religiosas difundidas en África y todo el mundo, parroquias y movimientos, los enfermos y los que sufren: “a todos os pido rezar para que el Señor haga fructificar esta Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos”. (SL) (Agencia Fides 5/10/2009; líneas 69, palabras 1027)


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