VATICANO - Benedicto XVI en la República Checa (4) - Celebración de las Vísperas: “que el Señor os conceda ser como la sal de la que habla el Evangelio, aquella que da sabor a la vida, para ser fieles obreros en la viña del Señor”

lunes, 28 septiembre 2009

Praga (Agencia Fides) – A las 18.00 horas del sábado 26 de septiembre, el Santo Padre Benedicto XVI presidió la Celebración de las Vísperas con los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas, los movimientos laicales y exponentes del voluntariado católico del país, en la Catedral de San Vito de Praga. “Queridos hermanos y hermanas, que el Señor os conceda ser como la sal de la que habla el Evangelio, aquella que da sabor a la vida, para ser fieles obreros en la viña del Señor”, exhortó el Santo Padre en la homilía, dirigiéndose a los participantes también con estas palabras: A vosotros en primer lugar, queridos Obispos y sacerdotes, toca trabajar incansablemente por el bien de todos los que les han sido confiados. Inspiraos siempre en la imagen evangélica del Buen Pastor… Queridos consagrados y consagradas, con la profesión de los consejos evangélicos vosotros recordáis el primado que Dios debe ejercer en la vida de cada ser humano y, viviendo en fraternidad, dais testimonio de cuán enriquecedora es la práctica del mandamiento del amor. Fieles a esta vocación, ayudaréis a los hombres y mujeres de nuestro tiempo a dejarse fascinar por Dios y por el Evangelio de su Hijo. Y vosotros, queridos jóvenes, que estáis en los Seminarios en las Casas de formación, preocupaos por adquirir una sólida preparación cultural, espiritual y pastoral. En este Año Sacerdotal, que he convocado para conmemorar el 150 Aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, que sea para vosotros de ejemplo la figura de este Pastor totalmente entregado a Dios y a las almas, plenamente consciente de que precisamente su ministerio, animado por la oración, era su camino de santificación”.
En la homilía el Papa recordó “la rica historia de fe y de tradición cristiana de vuestro pueblo; una historia iluminada, en particular, por la fidelidad de aquellos que sellaron su adhesión a Cristo y a la Iglesia con el martirio”. Además de san Venceslao, San Adalberto y San Juan Nepomuceno, en San Vito, Benedicto XVI recordó a los dos Arzobispos del siglo pasado, los Cardenales Josef Beran y František Tomášek, así como a los “muchos Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles que resistieron con heroica firmeza la persecución comunista, llegando incluso al sacrificio de la vida”. Estos “valientes amigos de Cristo” tomaron fuerzas del Evangelio para dar su testimonio, en efecto, “el heroísmo de los testigos de la fe recuerda que sólo de la conciencia personal y de la profunda unión a Cristo es posible tomar la energía espiritual para realizar plenamente la vocación cristiana. Sólo el amor de Cristo hace eficaz la acción apostólica, sobre todo en los momentos de dificultad y de prueba”. El Pontífice exhortó luego a hacer resplandecer el amor en toda parroquia y comunidad, así como en las diversas asociaciones y movimientos, y a alimentar este amor de Cristo “con la oración y la escucha de su palabra” para ser “artífices de unidad y de paz en todo ambiente”.
Frente a las dificultades de vivir y dar testimonio del Evangelio en una sociedad todavía herida por la ideología y frecuentemente “fascinada por la mentalidad moderna del consumismo hedonista, con una peligrosa crisis de valores humanos y religiosos, y a la deriva en el diluvio de un relativismo ético y cultural”, el Papa exhortó a “un renovado compromiso por parte de todos los componentes eclesiales para reforzar los valores espirituales y morales en la vida de la sociedad hodierna”. “Vuestra actividad pastoral ha de abrazar con particular celo el campo de la educación de las nuevas generaciones. Las escuelas católicas han de promover el respeto por el hombre; se ha de dedicar atención a la pastoral juvenil también fuera del ámbito eclesiástico, sin descuidar las otras categorías de fieles. ¡Cristo es para todos!” (S.L.) (Agencia Fides 28/9/2009; líneas 40, palabras 626)


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