VATICANO - Benedicto XVI en la República Checa (1) - La ceremonia de bienvenida: “hago un llamamiento a todos los ciudadanos de la República, para que descubran de nuevo las tradiciones cristianas que han plasmado su cultura y exhorto a la comunidad cristiana a seguir haciendo sentir su voz”

lunes, 28 septiembre 2009

Praga (Agencia Fides) – Inició en el aeropuerto internacional Stará Ruzyně de Praga, a donde llegó a las 11.30 del sábado 26 de setiembre, el 13º viaje apostólico del Santo Padre Benedicto XVI a la República Checa. Acogido por las autoridades políticas, civiles y religiosas, el Santo Padre escuchó el saludo del Presidente de la República Checa, Václav Klaus, y luego pronunció un discurso en el que subrayó “cuan profundamente la cultura checa está marcada por el cristianismo”.
“Si toda la cultura europea ha sido profundamente plasmada por la herencia cristiana – dijo el Santo Padre –, esto es verdad en modo particular en las tierras checas, ya que, gracias a la acción misionera de los Santos Cirilo y Metodio en el siglo IX, la antigua lengua eslava fue puesta por primera vez por escrito. Apóstoles de los pueblos eslavos y fundadores de su cultura, ellos son con razón venerados como Patrones de Europa. Es también importante mencionar el hecho de que estos dos santos de la tradición bizantina encontraron aquí misioneros provenientes del Occidente latino. En su historia, este territorio colocado en el corazón del continente europeo, en la encrucijada entre el norte y el sur, el este y el oeste, ha sido un punto de encuentro de pueblos, tradiciones y culturas diversas. No se puede negar que ello haya causado a veces fricciones, sin embargo, en el tiempo, este encuentro se ha revelado fructuoso”.
Benedicto XVI recordó asimismo el cercano XX aniversario de la “Revolución de Terciopelo”, que puso fin en modo pacífico “a una época particularmente dura para este país, una época en la que la circulación de ideas y de movimientos culturales estaba controlada rígidamente”. Durante cuarenta años de represión política, el Gobierno trató en modo “despiadado” de callar la voz de la Iglesia, y el Papa hizo memoria de los muchos mártires en la historia de esta nación, “cuya fidelidad a Cristo se ha dejado sentir con voz más clara y más elocuente que la de sus asesinos”.
En particular el Papa rindió homenaje a la memoria del Cardenal Josef Beran, Arzobispo de Praga, y a su sucesor , el Cardenal František Tomášek, “por su testimonio cristiano frente a la persecución. Ellos, y otros innumerables y valientes sacerdotes, religiosos y laicos, hombres y mujeres, mantuvieron viva la llama de la fe en este país. Ahora que ha sido recuperada la libertad religiosa, hago un llamamiento a todos los ciudadanos de la República, para que descubran de nuevo las tradiciones cristianas que han plasmado su cultura y exhorto a la comunidad cristiana a seguir haciendo sentir su voz mientras la nación debe afrontar los desafíos del nuevo milenio”. Citando su encíclica “Caritas in veritate” (n.78): “Sin Dios el hombre no sabe adonde ir ni tampoco logra entender quién es”, el Pontífice puso en evidencia que “la verdad del Evangelio es indispensable para una sociedad próspera, ya que abre a la esperanza y nos hace capaces de descubrir la inalienable dignidad de los hijos de Dios”.
Finalmente el Papa, recordando que la bandera presidencia que flamea sobre el Castillo de Praga tiene como lema “Pravda Vítĕzí – La Verdad vence”, manifestó su esperanza de que “la luz de la verdad siga guiando esta nación, tan bendita a lo largo de su historia por el testimonio de grandes santos y mártires”. Luego citó el ejemplo de Johann Gregor Mendel, “el abad agustino de Moravia, cuyas investigaciones de pionero pusieron los fundamentos de la genética moderna”, para subrayar que el auténtico progreso de la humanidad se basa sobre la convergencia “entre sabiduría de la fe e intuición de la razón”. (Agencia Fides 28/9/2009; líneas 39, palabras 567)


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