AMERICA/REPUBLICA DOMINICANA - “Después del primer impacto emocional, llega el momento del olvido: la solidaridad no puede ser fruto solo de un momento de impacto , es necesario crear una Cultura de Solidaridad” dice a la Agencia Fides un sacerdote de la República Dominicana después de las inundaciones de mayo

miércoles, 9 junio 2004

Jimaní (Agencia Fides) - Después del primer impacto emocional, “está ahora llegando el momento del olvido y la gente pobre de este lugar sólo podrá beneficiarse dentro de poco de aquellas acciones programadas para dar continuidad a la solidaridad, ya que el momento del impacto emocional está pasando”. afirma el P. Luis Rosario Peña, responsable de la pastoral juvenil de la Archidiócesis de Santo Domingo, en una nota enviada a la Agencia Fides sobre la situación actual, después de las trágicas inundaciones que afectaron a Haití y la Republica Dominicana a finales del mes de mayo. “Frente a esta tragedia y ante tantas otras que continuamente suceden en el mundo, es necesario concienciarse que la solidaridad no puede ser sólo fruto de un momento de impacto, sino que es necesario crear una Cultura de Solidaridad a nivel mundial entre la gente de un mismo pueblo y entre las naciones”. El Padre Luis Rosario recuerda que las inundaciones, ocurridas al alba del 24 de mayo después de tres días de lluvia incesante, “han provocado más de 400 muertos en la República Dominicana y más que 1.000 en Haití, dejando en ambas las naciones miles de personas que han padecido daños, además de la destrucción humana y material”.
Muchas organizaciones nacionales e internacionales, ONGs de todo el mundo, al día siguiente de la tragedia se pusieron en seguida en movimiento para llevar ayuda. "La solidaridad interior e internacional no se hizo esperar - afirma el P. Luis - y se ha podido contar con buenas aportaciones. Sin embargo, sabemos bien que esta ayuda ha sido fruto del impacto del momento. Aunque los resultados hayan sido sin duda positiva, lo que interesa es crear una cultura de la solidaridad."
“La experiencia la de encontrarse de repente sin nada es tremenda, sobre todo cuando entre lo que se ha perdido están los seres queridos. Se enviaron también al lugar de los hechos psicólogos, psiquiatras y mucha gente de Iglesia fue a asistir a estos hermanos en necesidad; también participaron activamente jóvenes pertenecientes a grupos de la Pastoral Juvenil y de otras instituciones. La Iglesia local, especialmente la Parroquia, ha realizado una labor extraordinaria, con mucha paciencia ante el momento desesperado que pasaba la gente, coordinando las ayudas nacionales de otras iglesias particulares y de personas e instituciones que quisieron canalizar a través de ella su solidaridad”.
Pero el P. Luis Rosario realiza a través de Fides un llamamiento a la solidaridad sostenible “que no se trata de descargar momentáneamente la conciencia. Los pobres, los marginados, los damnificados necesitan acciones solidarias que superen la emergencia del momento”.
(RG) (Agencia Fides 9/6/2004 Líneas: 36 Palabras: 481)


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