VATICANO - Benedicto XVI en Viterbo (2) - “Viterbo fue con justicia llamada ‘Ciudad de los Papas’, y esto constituye para vosotros un ulterior estímulo para vivir y dar testimonio de la fe cristiana”; el saludo a los participantes del Congreso Internacional “Hombres y Religiones”

lunes, 7 septiembre 2009

Viterbo (Agencia Fides) – Al final de la Santa Misa celebrada en la explanada del Valle Faul en Viterbo, el domingo 6 de setiembre, el Santo padre introdujo la oración mariana del Ángelus recordando el tema escogido para su visita pastoral: “Confirma a tus hermanos” (Lc 22,31). Recordando que estas palabras “las dirigió Jesús al apóstol Pedro durante la Última Cena, confiándole el deber de ser aquí en la tierra el Pastor de toda su Iglesia” y que desde hace muchos siglos la Diócesis de Viterbo “se caracteriza por un singular vínculo de afecto y de comunión con el Sucesor de Pedro”.
Benedicto XVI citó a los Papas que nacieron en dicha región del Alto Lazio, a San León Magno, nacido en la antigua Tuscia, al Papa Sabiniano nacido en Blera y a Pablo III, nacido en Canino. Además, Viterbo fue residencia de los Pontífices Romanos durante la segunda parte del siglo XIII; cinco Papas fueron elegidos en esta ciudad y cuadro están sepultados en ella; además cincuenta Papas la han visitado. “Estas cifras revisten un significado histórico, pero de ellas quisiera acentuar sobre todo su valor espiritual – evidenció el Pontífice –. Viterbo fue con justicia llamada ‘Ciudad de los Papas’, y esto constituye para vosotros un ulterior estímulo para vivir y dar testimonio de la fe cristiana, la misma fe por la que dieron la vida los santos mártires Valentino e Hilario, custodiados en la Iglesia catedral, los primeros de una larga estela de santos, mártires y beatos de vuestra tierra”.
El Papa concluyó afirmando sentir la invitación del Señor – “Confirma a tus hermanos” – hoy dirigida a Él “con una intensidad singular”, e invitando a rezar “para que pueda llevar a cabo siempre con fidelidad y amor la misión de Pastor de todo el rebaño de Cristo”. Por su parte aseguro su constante recuerdo al Señor por la comunidad diocesana de Viterbo, “por sus diversas articulaciones... para que tiendan a una cada vez mayor unidad y comunión fraterna, condiciones indispensables para ofrecer al mundo un testimonio eficaz del Evangelio”.
Después del Ángelus el Santo Padre se dirigió a los participantes del Congreso Internacional “Hombres y Religiones” con estas palabras: “Deseo enviar un cordial saludo a los participantes del Congreso Internacional ‘Hombres y Religiones’ en curso en Cracovia (Polonia), cuyo tema es ‘Fe y culturas en diálogo’. Numerosas personalidades y representantes de diversas religiones – invitados por la archidiócesis de Cracovia y la Comunidad de San Egidio – se han reunido para reflexionar y rezar por la paz, 70 años después del estallido de la Segunda Guerra Mundial. No podemos dejar de recordar los dramáticos acontecimientos que dieron inicio a uno de los conflictos más terribles de la historia, que causó decenas de millones de muertos y provocó tantos sufrimientos al amado pueblo polaco; un conflicto que vio la tragedia del Holocausto y el exterminio de tantos otros inocentes. Que la memoria de estos hechos nos lleve a rezar por las víctimas y por aquellos que todavía llevan sus heridas en el cuerpo y en el corazón y que sirva además de advertencia para que no se repita una barbarie como aquella y para intensificar el esfuerzo por construir en nuestra época, todavía marcada por conflictos y contraposiciones, una paz duradera, transmitiendo sobre todo a las nuevas generaciones una cultura y un estilo de vida encaminados al amor, la solidaridad y la estima de los demás. En esta perspectiva, es particularmente importante el aporte que las religiones pueden y deben dar para promover el perdón y la reconciliación contra la violencia, el racismo, el totalitarismo y el extremismo, que ensombrecen la imagen del Creador en el ser humano, borran el horizonte de Dios y por tanto desembocan en el desprecio del ser humano. El Señor nos ayude a construir la paz comenzando por el amor y la comprensión recíproca (ver Caritas in veritate, 72)”. (S.L.) (Agencia Fides 7/9/2009 - Líneas 45; Palabras 685)


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