ASIA/FILIPINAS - “El diálogo parte de Dios y reconduce a Dios: Silsilah es un movimiento de espiritualidad que sabe integrarse en los desafíos concretos de la historia”, cuenta a Fides el P. Sebastiano D’Ambra, misioneros del PIME.

miércoles, 29 julio 2009

Zamboanga (Agencia Fides) – A 25 años de su nacimiento, el movimiento para el diálogo “Silsilah” (termino que, en la mística islámica, significa “cadena”) ha realizado ya un largo recorrido y se ha convertido en un punto de referencia no sólo para la Iglesia local, sino también para la comunidad islámica y las autoridades civiles de Filipinas del Sur. El fundador del movimiento, el misionero del PIME p. Sebastiano D’Ambra, en un diálogo con la Agencia Fides, hace un balance de esta preciosa experiencia, que contribuye a generar un clima de reconciliación y de paz en una zona del mundo aún atormentada por las guerras y conflictos.
El P. D’Ambra le cuenta a Fides: “Silsilah significa ‘cadena’ e indica el lazo que une al hombre con Dios. Este es nuestro punto de partida. Un movimiento de espiritualidad que invita a cada hombre a recuperar la relación del hombre con Dios. El diálogo parte de Dios y nos conduce a Él. En la experiencia humana se articula en cuatro dimensiones principales: diálogo con Dios, con uno mismo, con el prójimo y con la creación. Silsilah es un movimiento que se ocupa sobre todo de los aspectos del diálogo en respuesta a los desafíos que la historia presenta: el diálogo Islam-cristianismo – un filón que se ha desarrollado fuertemente en el movimiento – es una urgencia que hemos visto en el contexto de Filipinas del Sur, donde el movimiento nació”.
“La experiencia de Silsilah, iniciada hace ya 25 años con la ayuda de algunos amigos musulmanes – afirma el misionero – es una aventura feliz, a pesar de los obstáculos, y de un sufrido recorrido (recordemos el martirio del p. Salvatore Carzedda), y a pesar de los miedos y de las amenazas recibidas por aquellos que prefieren la violencia a la reconciliación”.
Una de las prioridades, que se ha ido delineando a lo largo del camino, ha sido la de la formación. El movimiento, de hecho, se ha concentrado en dar formación de base sobre la idea de diálogo, profundizando en todos los aspectos doctrinales y en las aplicaciones sociales y políticas. Gracias a los seminarios, a las semanas de formación y a los forum propuestos pos Silsilah, más de 2.500 personas (religiosos, laicos, agentes de ONG, jóvenes cristianos y musulmanes) han podido empaparse del espíritu del diálogo y de la reconciliación, ayudando a que se difundan en la sociedad filipina. “En la actualidad el movimiento se caracteriza mucho por la idea de vida-en-diálogo, proponiendo, en la Aldea de la Armonía, a las puertas de Zamboanga, una experiencia de convivencia entre fieles cristianos y musulmanes, ofreciendo un ejemplo concreto de coexistencia y fraternidad” hace notar p. D’Ambra.
El espíritu del diálogo está también influenciando a las comunidades musulmanas, como testimonian diversos eventos: la apertura de un Centro Silsilah en las islas Jolo, (donde los cristianos son una exigua minoría y sufren la presión de los movimientos islámicos radicales); un programa de formación destinado a los profesores de las madrazas (escuelas coránicas); la apertura de un madraza llamada “Silsilah”; la presencia constante de hombres y mujeres musulmanes que comparten y difunden los principios inspiradores del movimiento.
En los próximos años la actividad del Centro de concentrará en tres campos: los jóvenes (con cursos de formación y programas específicos); los mass-media, con la apertura de un Centro de comunicaciones que pueda producir material de prensa, radio, videos, web; la Creación, con programas de agricultura sostenible y bio-compatible. (PA) (Agencia Fides 29/7/2009 líneas 43 palabras 604)


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