AFRICA/SOMALIA - “La maldición somalí”: la incapacidad de tener un liderazgo compartido está en el origen de su trágica inestabilidad

viernes, 24 julio 2009

Mogadiscio (Agencia Fides) – “Somalia es ante todo víctima de sí misma, de su incapacidad de tener un liderazgo compartido, un problema que yo llamaría “la maldición somalí”. Junto con ello está también la influencia de las potencias extranjeras, que persiguen sus propios intereses apoyando a algunos grupos locales”, afirma a Agencia Fides Federico Battera, estudioso en Historia e Instituciones de África de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Trieste, que ha llevado adelante una profunda investigación sobre la realidad somalí.
Desde Somalia continúan llegando noticias sobre combates en los que se enfrentan las tropas del gobierno de transición, formado por los islámicos “moderados” y apoyado por las tropas de la Unión Africana, y las fuerzas extremistas, en particular el movimiento Harakat Al-shabab Mujahideen. En un fuerte bombardeo conducido por las fuerzas del gobierno contra la zona norte de Mogadiscio, capital del país, murieron unas 30 personas. En Somalia central, en los combates que enfrentaron a los Harakat Al-shabab Mujahideen y al movimiento Ahlu Sunna Waljama, cercano al gobierno de transición, murieron otras 35 personas. “El Ahlu Sunna Waljama es un grupo nacido hace cerca de 15 años, entre las confraternidades sunitas, las cuales encarnan la parte mística y quietista en términos generales del Islam. Ello no ha impedido al Ahlu Sunna Waljama tomar las armas contra el Harakat Al-shabab, un movimiento inspirado en la ideología extremista”, afirma Battera. Se puede preguntar si a las antiguas divisiones entre clanes que caracterizan la historia reciente de Somalia se hayan superpuesto motivaciones de carácter ideológico que han creado nuevas divisiones. “La respuesta es compleja”, afirma Battera. “Si es verdad que los así llamados “señores de la guerra”, que ejercieron el dominio en Mogadiscio hasta la llegada de las fuerzas islámicas, razonaban en términos de clanes y sub-clanes, también es cierto que estos líderes habían tenido como principal preocupación la de proteger, y si es posible extender sus negocios, lícitos e ilícitos. La aparición en la escena somalí de movimientos ligados a una ideología, la islámica, que se puede presentar diversos matices, había dejado ver la posibilidad de encontrar un factor unificador, que superase la lógica de los clanes. Ello, sin embargo, no se dio, pues más allá de las divisiones internas en la misma ideología (entre “moderados” y “extremistas”), también en el campo islámico, reaparecen los tradicionales factores que dividen a la sociedad somalí. Ello se evidencia desde el momento en que se debe escoger a los líderes: allí es donde las lógicas de clanes emergen con su fuerza desestabilizadora”.
Bettera añade: “las divisiones que generan los conflictos más violentos, no son aquellas entre clanes diversos, sino las que se dan al interior de los mismos clanes, a su vez sub-divididos en múltiples sub-clanes. Estas divisiones se advierten incluso en Somaliland, la región más pacífica del país, que se ha proclamado independiente del resto de Somalia”.
En fin, la ideología islámica, en lugar de favorecer la superación de los factores de división, ha complicado ulteriormente el escenario somalí, pues ha permitido, entre otras cosas, a los extremistas extranjeros, de instalarse en el país, consiguiendo armas, combatientes y dinero para alimentar la guerra. Por otra parte, diversas potencias extranjeras, africanas y extra africanas, mueven sus influencias en el área, con juegos de poder cuya trama no siempre es posible entender.
La desestabilización de Somalia amenaza con extenderse a otras fronteras, como se ha demostrado en los continuos ataques de piratas somalíes y en incursiones de grupos armados somalíes a Kenya, donde recientemente fueron secuestrados tres agentes humanitarios. En noviembre del 2008 habían sido secuestradas en Kenya, cerca a la frontera con Somalia, dos religiosas del Movimiento Contemplativo Misionero Padre de Foucauld de Cuneo (Italia), las cuales fueron liberadas en el mes de febrero en Mogadiscio (ver Fides 2/2/2009). (L.M.) (Agencia Fides 24/7/2009)


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