VATICANO - El Observador permanente de la Santa Sede ante la FAO, Mons. Volante: “los programas de lucha contra el hambre son fundamentales para mejorar las condiciones de los pobres”

viernes, 17 julio 2009

Roma (Agencia Fides) – “Apoyamos a todos los que trabajan cada día para dar a todos el alimento al menos para subsistir. Aquí, en la FAO, hay una situación de reducción permanente del personal. No es posible avanzar adecuadamente si estas instituciones no se sostienen financieramente”. Fueron las palabras con las que Mons. Renato Volante, Observador Permanente de la Santa Sede ante las organizaciones y organismos de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO;, IFAD Y WPF), describió a Agencia Fides la situación actual.
“Es necesario verificar las palabras y los programas con hechos. Se procede apresuradamente a dar declaraciones, por más loables e importantes que estas puedan ser –subraya Mons. Volante–. Los problemas relativos al hambre son, lamentablemente, los más fáciles e inmediatos de verificar. Cuando una persona tiene hambre los signos son evidentes y claros, hay poco que discutir o filosofar. Nadie tiene la receta absoluta e infalible, he ahí porqué los programas de lucha contra el hambre son fundamentales para mejorar las condiciones de los pobres”.
“La Santa Sede, a través de mi presencia, tiene un rol de simple observador, pero es altamente apreciada y considerada en sus intervenciones, pues busca primordialmente el bien de las personas y acompaña a estas grandes organizaciones internacionales para ofrecer su propia contribución de reflexión y apoyo. Pensamos que son fundamentales la discusión y el diálogo, ya que los instrumentos para combatir el hambre, y en particular aquellos inherentes a la agricultura, están determinados por numerosos factores naturales, siempre imprevisibles, pero seguros. Podemos intentar diversas medidas, intervenciones, como por ejemplo cultivos, simientes, técnicas particulares o nuevas, pero luego son los hechos los que dan o no la razón. O aumentan los alimentos o quiere decir que tenemos que cambiar de estrategia. Los niños con la barriga inflada debido a la desnutrición, enfermos por carencia de vitaminas, son la prueba más trágica de nuestros fracasos. Pero no nos desalentamos; continuamos trabajando para mejorar aunque sea por un solo día o una persona sola las condiciones de vida”.
Precisamente en estos días la FAO ha publicado los datos de un informe llamado “Crop Prospects and Food Situation”. “Los precios de los productos alimenticios domésticos –se lee en el documento– en los países en vías de desarrollo siguen elevados, no obstante la fuerte baja de los precios internacionales y las buenas cosechas de cereales. En muchos países, los precios superan los ya elevados niveles de un año atrás, o están todavía en niveles de record, creando problemas a miles de personas. Por ello, según la FAO, “sigue siendo fuerte la preocupación por la seguridad alimenticia de las poblaciones vulnerables tanto en las zonas urbanas como rurales, en cuanto que dichos grupos basan la mayor parte de su rédito en los productos alimenticios”. No obstante las perspectivas positivas para el abastecimiento de cereales a nivel mundial, la FAO denuncia que “30 países en todo el mundo están en crisis y necesitan asistencia también debido a las calamidades naturales, conflictos e inseguridad, y problemas económicos”. (M.T.) (Agencia Fides 17/7/2009; líneas 39, palabras 531)


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