AFRICA/SUDÁFRICA - Un católico sudafricano, asesinado por sus posiciones contra la brujería, podría convertirse en el primer beato del país

jueves, 16 julio 2009

Ciudad del Cabo (Agencia Fides) – Dio su vida para testimoniar la verdad, combatiendo las falsas creencias, y es por ello que su proceso de beatificación se ha iniciado. Es el Siervo de Dios Benedict Daswa, cuya causa de beatificación, en su fase diocesana, fue completada hace poco por la diócesis de Tzaneen.
La documentación relativa fue entregada a Su Excelencia Mons. James Patrick Green, Nuncio Apostólico en Sudáfrica, para que la transmita a Su Excelencia Mons. Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Dicha documentación, de 850 páginas, es el fruto de 5 años de investigación en la que se interrogó a diversos testigos considerados de credibilidad por las autoridades diocesanas. Las actas no se harán públicas hasta que la Congregación para las Causas de los Santos nombre un Postulador Romano para proceder a la fase sucesiva del proceso, durante la cual se imprimirán las estampas y una novena para permitir que las personas recen y obtengan la intercesión del Siervo de Dios.
Mientras tanto serán publicadas una breve biografía y una filmación distribuidas en DVD para difundir la vida y la obra del Siervo de Dios Benedict Daswa en Sudáfrica y en otros países africanos, como modelo para todos y gran testigo de la fe.
Según una nota biográfica, publicada por la Southern African Catholic Bishop’s Conference, Benedict creció en una familia tradicional, que pertenecía a la pequeña tribu de los Lemba, que vive principalmente entre la población Venda en la provincia de Limpopo. Se convirtió a la religión católica mientras estudiaba para ser maestro de escuela.
Benedict se dio cuenta rápidamente de que la brujería era contraria a la fe católica. Desde entonces, tanto en su vida privada como en público, asumió una fuerte posición contra dicha práctica, afirmando que esas creencias habían causado la muerte de personas inocentes acusadas injustamente de practicarla.
Benedict luchó también contra el uso de pseudofármacos y de amuletos para la protección contra el mal de ojo, y difundió la práctica del deporte y otros tipos de actividades. Pero fue su lucha contra la brujería lo que causó su muerte. El 2 de febrero de 1990, pocos días después de haberse negado a pagar una tasa para la realización de un rito que tenía como finalidad expulsar a algunas “brujas”, fue agredido y golpeado hasta la muerte con piedras y palos. Faltaban sólo cuatro meses para su cumpleaños nº 44. (L.M.) (Agencia Fides 16/7/2009; líneas 32, palabras 421)


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