ASIA/SRI LANKA - El trabajo de los Salesianos para rehabilitar a los ex niños soldados después de dolorosos años de guerra

miércoles, 15 julio 2009

Mannar (Agencia Fides) – La guerra civil en Sri Lanka han dejado huellas y heridas profundas en la vida de los niños, especialmente a causa del triste fenómeno de los niños-soldados que muchas veces los rebeldes tamil utilizaban, raptándolos de sus familias. En la actualidad, los Salesianos están fuertemente comprometidos con la rehabilitación de estos niños. Según la “Alianza contra el uso de niños soldados” estos fueron reclutados por los rebeldes del Liberation Tiger of Tamil Eelam (Ltte) sin el conocimiento de sus familias, sobre todo en las zonas de Batticaloa, Jaffna e Mannar.
Mientra en el pasado estos niños eran maltratados y adoctrinados, en la actualidad son acogidos y educados con amor. “Algunos ex niños soldados son profesores y se ocupan de otros muchachos. Este es nuestro aporte al proceso de paz, en la vida concreta” explican los Salesianos de Murunkan, en la diócesis de Mannar. El gobierno mismo les pidió a los religiosos que se ocupen de más de 500 chicos que habían sido ex combatientes en las filas de los rebeldes tamil. Los niños han sido repartidos en 17 centros, esparcidos en todo el territorio de la isla, donde los Salesianos se ocupan de su plena rehabilitación física, psicológica, social y cultural.
Son muchachos en promedio de 11-12 años que han conocido la violencia, han matado y han visto a sus compañeros morir. Son chicos manipulados por los guerrilleros, educados al odio y la venganza, que hoy piden poder olvidar la guerra. Los Salesianos les ofrecen hospitalidad, lecciones escolares y formación profesional como artesanos y mecánicos. Sobre todo, “les danos una nueva vida, de serenidad y de amor, sin la violencia a la que trágicamente fueron habituados” nos cuentan los religiosos de Mannar. “Tener un arma al inicio puede ser divertido, pero combatir y ver la muerte cara a cara crea traumas y heridas muy difíciles de sanar” explican.
Los agentes y voluntarios del Centro de Mannar buscan sanar sus vidas: “Al comienzo llegan asustados, cerrados y inhibidos. Tienen enfermedades físicas y dificultades psicológicas. Poco a poco se van curando, se abren, recuperan confianza, comienzan a frecuentar la escuela y están listos para aprender. Deseaban tanto una vida normal, con juegos, como verdaderos niños”.
Según la UNICEF los niños soldados utilizados en veinte años de guerra han sido por lo menos unos 50 mil, a los que hay que añadir los huérfanos, los niños abandonados, los refugiados y los que han sido heridos o golpeados por el conflicto. (PA) (Agencia Fides 15/7/2009 líneas 30 palabras 431)


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