EUROPA/ITALIA - Las religiosas del Sagrado Corazón y la Comunidad de San Egidio ayudan a los niños-soldado de Uganda y Sudán a recuperar su dignidad y a reinsertarse en la sociedad

jueves, 25 junio 2009

Roma (Agencia Fides) – “desde hace 21 años los rebeldes del Lord’s Resistence Army (LRA) están sembrando violencia, saqueos y terror entre la gente, usando a los niños como carne de cañón”: son las palabras con las que sor Rosemary Nyerumbe, religiosa sudanesa de la Congregación del Sagrado Corazón, directora del Centro Santa Mónica en Gulu, en Uganda, explicó la dramática situación del norte de Uganda y el sur de Sudán. “Nuestra Congregación religiosa nació precisamente frente a la tragedia de esta pobre gente, que vive en una tierra donde la guerra civil siembra muerte, horror y sufrimiento en cada familia. Nosotras nacimos sobre todo para ayudar a los niños que logramos recuperar luego de haber vivido experiencias terribles: raptados a los 5-6 años para volverse por la fuerza soldados al servicio de los jefes de la guerra”.
La Comunidad de San Egidio trabaja en estas tierras para sostener las escuelas, las obras de asistencia, y todas las estructuras necesarias para reintegrar a estas pobres víctimas en la sociedad. No es fácil el trabajo de reinserción, tanto por los niños, que llegan con profundas heridas, como por sus familias y por los habitantes de las aldeas que los consideran “marcados por el mal” y por lo tanto peligrosos. La Comunidad ayuda en todo el mundo a 35,000 niños a través de las llamadas “escuelas de la paz”. Precisamente el rol de las organizaciones religiosas ha sido destacado por la señora Radhika Coomaraswamy, Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para los Niños y los Conflictos Armados, que expresó su gratitud ya que “realizan un gran trabajo de educación, de apoyo y de ayuda humanitaria. La fe les da una fuerza increíble. Tienen una fuerte influencia y son escuchados por todos. Además, estoy particularmente contenta de que el Papa se haya pronunciado a favor y por la protección de los niños. La ONU, por su parte, ha realizado, con la resolución 1216, la llamada ‘lista de la vergüenza’ en la que se condenan todas las acciones que violan los derechos fundamentales de los niños: la violencia, su reclutamiento como soldados, los abusos sexuales, el rapto, y todo lo que les impide recibir asistencia y ayuda humanitaria así como contar con centros educativos”.
El testimonio de Grace Akallo, ex niña soldado, expresa el drama de quien ha vivido en primera persona la violencia, la soledad, el hambre, el miedo y el rechazo. “No tengo necesidad de escribir nada, pues toda mi experiencia está escrita en mi piel. Fui raptada por los rebeldes cuando era niña y por la fuerza, el hambre y el miedo fui obligada a transformarme en niña-soldado. La única suerte que tuve es la de no haber sido obligada a asesinar a mis padres, como le sucedió a varias de mis compañeras, y la de haber encontrado a las religiosas del Sagrado Corazón, con las que logré recuperar mi dignidad y ahora puedo ayudar a quines han pasado por mis mismos sufrimientos”. (M.T.) (Agencia Fides 25/6/2009; líneas 32, palabras 495)


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