ASIA/NEPAL - Tristeza y shock en la pequeña Iglesia nepalesa después de la explosión en la Catedral de Katmandú: la narración de los hechos a Fides del pro-vicario Apostólico

lunes, 25 mayo 2009

Katmandú (Agencia Fides) - "Nuestra pequeña comunidad católica está triste, amargada e impresionada. Somos una comunidad no violenta, pacífica, que ama a su país. Lo que nos sorprende es que el atentado se haya realizado sin ningún motivo, sin ninguna provocación, sin ninguna advertencia. Creemos que detrás de este gesto está la tentativa de crear tensión entre las diversas comunidades étnicas y religiosas de Nepal y añadir caos a la ya difícil situación social y política en que se encuentra el país": es cuanto declara a la Agencia Fides el P. Pius Perumana, pro-vicario Apostólico de Nepal, comentando el episodio que ha revuelto la comunidad nepalesa.
La mañana del sábado 23 de mayo, en la catedral de la asunción en Katmandú, extalló una bomba durante la Santa Misa matando a dos personas e hiriendo a numerosas de entre los 300 fieles presentes en la celebración. Dos heridos continúan en pronóstico reservado, otros dos están herido gravemente, mientras que otras nueve personas que han sufrido diversas heridas están hospitalizadas pero fuera de peligro.
Las dos víctimas son Joseph Celesty, joven estudiante de bachillerato y Deepa Patrick, una joven mujer que se había casado recientemente con un hombre indiano del Bihar, y que estaba de visita con su familia en Katmandú.
Como refiere a Fides el p. Pius, "la bomba tenía un fuerte potencial de deflagración: las personas fueron lanzadas de su sitio, los vidrios de la iglesia, que estaban a 15 metros del artefacto, quedaron hechos añico, diversos elementos destruidos".
El P. Pius narra los momentos dramáticos, inmediatamente después del atentado: "El boato de la explosión se oyó muy lejos. La gente estaba en shock, comenzaron a huir, en total confusión. Nadie comprendía lo que estaba sucediendo. La policía llegó inmediatamente al lugar y formó un cordón para permitir los socorros y comprobar que no hubiera otros mecanismos. La gente fue inmediatamente evacuada de la iglesia y se llevaron a los heridos a los hospitales de Pata y Alka. El interior de la catedral estaba lleno de manchas de sangre, de quemaduras, de señales de devastación."
Según las primeras reconstrucciones y algunos testigos presenciales, la bomba podría haber sido colocada por una insospechable mujer, vestida con un sari negro, que se metió en la iglesia. La mujer llevaba en la mano dos bolsas que dejó, pidiendo a uno de los fieles que las "custodiara un minuto", y luego salió. Según la policía, el mecanismo estaba en uno de los dos bolsos, mientras en el otro había octavillas de "Nepal Defence Army", las mismas encontradas junto al cuerpo del Salesiano p. John Prakash, asesinado hace un año aproximadamente por el mismo grupo.
El P Pius afirma: "La comunidad católica ha decidido organizar, ayer por la tarde, un encuentro de oración invocando la bendición de Dios sobre las dos víctimas y los heridos, y rogando por la paz en Nepal". Además hoy, 25 de mayo, las escuelas y los institutos católicos estarán cerrados en señal de luto. "Pedimos a todos ayudas y oraciones en este momento de extrema dificultad y tristeza por la Iglesia en Nepal", concluye el P. Pius.
La comunidad católica en Nepal cuenta con unos 7.000 fieles y crece al ritmo de unos 300 bautizados el año. Goza de la contribución de 6 congregaciones religiosas masculinas y 17 femeninas, con un total de 65 sacerdotes y 155 religiosas. Administra 27 escuelas en todo el país, de las cuales 6 están en el capital Katmandú y 21 en aldeas rurales y montañosas, garantizando la instrucción a más de 17.000 estudiantes, de los cuales 9.000 son mujeres. La Iglesia en Nepal ofrece además diversos tipos de servicio social, a favor de los pobres, los enfermos, los marginados y es por ello muy bien vista por la población nepalesa. (PA) (Agencia Fides 25/5/2009)


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