VATICANO - En el Regina Cæli Benedicto XVI invita a "pedir mucho por las vocaciones" y por su viaje en Tierra Santa: seré peregrino de paz, en el nombre del único Dios, que es Padre de todos"

lunes, 4 mayo 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Tanto personalmente como en comunidad, tenemos que rezar mucho por las vocaciones, para que la grandeza y la belleza del amor de Dios atraiga a muchos a seguir a Cristo por el camino del sacerdocio y de la vida consagrada. Es necesario además rezar para que haya también esposos santos, capaces de indicar a los hijos, sobre todo con el ejemplo, los horizontes hacia los cuales tender con su libertad". Es la exhortación del Santo Padre Benedicto XVI antes de recitar el Regina Caeli con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro el domingo 3 de mayo.
Recordando su mensaje para la Jornada mundial de oración por las vocaciones sobre el tema: "La confianza en la iniciativa de Dios y la respuesta humana", el Papa ha subrayado que "la confianza en el Señor, que continuamente llama a la santidad y a algunos en particular a una especial consagración, se expresa precisamente en la oración" y que "los santos y las santas, que la Iglesia propone a la veneración de todos los fieles testimonian el fruto maduro de esta unión entre la llamada divina y la respuesta humana”.
Hay otra intención por la que hoy os invito a rezar - ha continuado Benedicto XVI -: el viaje a Tierra Santa que realizaré, si Dios quiere, desde el próximo viernes 8 de mayo al viernes 15. Siguiendo las huellas de mis venerados predecesores Pablo VI y Juan Pablo II, peregrinaré a los principales santos lugares de nuestra fe. Con mi visita, me propongo confirmar y alentar a los cristianos de Tierra Santa, que tienen que afrontar cotidianamente muchas dificultades. Como sucesor del apóstol Pedro, les manifestaré la cercanía y el apoyo de todo el cuerpo de la Iglesia. Además, seré peregrino de paz, en el nombre del único Dios, que es Padre de todos. Testimoniaré el compromiso de la Iglesia católica a favor de cuantos se esfuerzan por practicar el diálogo y la reconciliación, para llegar a una paz estable y duradera en la justicia y el respeto recíproco. Por último, este viaje tendrá necesariamente una notable importancia ecuménica e interreligiosa. Jerusalén es, desde este punto de vista, la ciudad símbolo por excelencia: en ella Cristo murió para reunir a todos los hijos de Dios dispersos (Cf. Juan 11,52)”.
Después de la oración mariana, saludando a los fieles de lengua española, el Santo Padre ha expresado su cercanía y ha asegurado su oración " por las víctimas de la influenza que está afectando a México y a otros países”, invitando a los hermanos mexicanos a mantenerse firmes en el Señor, que “os ayudará a superar esta dificultad". A los grupos de lengua italiana el Pontífice ha recordado dos iniciativas: el Congreso Misionero Juvenil de las Obras Misionales Pontificias y la Jornada por los niños víctimas de la violencia, promovidas por la asociación "Meter". (S.L) (Agencia Fides 4/5/2009)


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