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Seúl (Agencia Fides) - El Año Paulino dejará una importante herencia en el espíritu misionero de la Iglesia coreana: para hacer surgir y alimentar nuevas vocaciones misioneras, la obra Misionera coreana ha abierto recientemente una nueva sede en Seúl. En el Centro se tendrán seminarios y encuentros de espiritualidad misionera, dirigidos sobre todo a los jóvenes, y además se organizarán programas e iniciativas de carácter misionero, en el territorio coreano y en el extranjero.
El nuevo edificio también servirá para asistir y ofrecer un lugar de descanso y oración a misioneros que trabajan desde hace años en primera línea, y necesitan hacer un parón, recargarse espiritualmente, restablecer el espíritu y redescubrir las motivaciones más profundas de su ser y su actuar.
La obra Misionera coreana es un instituto religioso nacido en 1975, que actualmente cuenta con 56 sacerdotes y 34 seminaristas. Los misioneros del instituto trabajan en Camboya, China, Papua Nueva Guinea, Taiwán, Rusia y Mozambique. En Corea trabajan sobre todo en programas de formación misionera y sensibilización de los jóvenes al espíritu misionero.
El instituto ha desarrollado recientemente una labor de reflexión al interno, llegando a la conclusión de que hace falta dedicar más tiempo y energías para atender el nacimiento de nuevas vocaciones misioneras, en particular acompañando a los jóvenes que se acercan a las primeras experiencias de misión, movidos por un impulso humanitario, en un camino de discernimiento vocacional.
Según los religiosos, es necesario fortalecer los esfuerzos por la evangelización de Corea y otros países de Asia, siguiendo la pasión, la fe y el amor de San Pablo. El Año Paulino, que se acerca a su fin, debe dejar impreso en el corazón de todos los cristianos el ejemplo del apóstol de las gentes como gran misionero, que dedicó su vida a difundir la Buena Nueva en Asia y hasta los confines de la tierra. (PA) (Agencia Fides 27/4/2009)
