AMERICA/VENEZUELA - Los Obispos denuncian la violencia, el ambiente de aguda polarización y la concentración de poder en el ejecutivo que pone en grave riesgo la democracia

martes, 7 abril 2009

Caracas (Agencia Fides) – “La Semana Santa, en la que celebramos la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, es un tiempo extraordinario de renovación espiritual que nos invita a asumir con mayor convicción los valores de la vida cristiana que son fundamentales para construir la convivencia entre todos los habitantes de Venezuela”. Con esta exhortación comienza el comunicado emitido por la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana, en el que los Obispos fieles a su misión pastoral, buscan compartir con los católicos, los creyentes de otras confesiones y las personas de buena voluntad, algunas reflexiones sobre la situación actual del país “y que contradicen, de modo evidente, nuestra condición de pueblo cristiano”.
Los Obispos muestran en primer lugar su preocupación por el aumento de la violencia y la inseguridad que se ha “apoderado de todo el territorio nacional, derramando la sangre inocente de nuestro pueblo”. Efectivamente según denuncian, a pesar de las medidas adoptadas, el hampa, los secuestradores, los sicarios, los narcotraficantes y los contrabandistas siguen actuando impunemente y, por otra parte, las victimas de esta violencia nos saben donde acudir para conseguir protección eficaz. “Tales atropellos –afirman - son graves ofensas que claman al cielo y violan los derechos fundamentales de los ciudadanos”.
Por otro lado preocupa a los Prelados “la promoción de un ambiente de aguda polarización política, la exclusión por causas ideológicas, la descalificación moral de los adversarios, la eliminación de una positiva descentralización y la creciente concentración de poder en el ejecutivo”, pues todo esto “deteriora el Estado de Derecho, despoja a las instancias nacionales, regionales y municipales de su legítima autonomía y ponen en grave riesgo de colapso el sistema democrático”.
Ante esta situación exhortan a todas las autoridades a “dejarse interpelar por los reclamos de los diversos sectores de nuestra sociedad, a pedirle a Dios que les ayude a ejercer sus graves responsabilidades con justicia, libertad de conciencia, honestidad y transparencia, a poner en el centro de sus actuaciones el respeto sagrado a la dignidad de la persona, sin dejarse arrastrar por intereses particulares o de una parcialidad”. Así mismo recuerdan que aquellos que ejercen el poder judicial, “tienen la obligación de asegurar a los detenidos, procesados y sentenciados, en cada fase del proceso, todas las garantías contempladas en la Constitución Nacional, particularmente los derechos al debido proceso, a la defensa ante sus jueces naturales y a un juicio imparcial”.
Y a todos los fieles católicos les recuerdan que este tiempo especial que nos disponemos a vivir, constituye una oportunidad única para “sacudir la apatía y la indiferencia, para renovar la fe, para colocar a Dios por encima de todo, y ponerse al servicio del prójimo, especialmente de los más pobres”. Para poder transformar la sociedad, continua el texto, consideran imprescindible recuperar “los valores que forman parte del patrimonio ético y moral de nuestro pueblo, tales como el respeto mutuo, la solidaridad y la tolerancia”. Concluye el comunicado con un llamamiento a “aprender a perdonar de corazón a volvernos personas misericordiosas y tolerantes y a reencontrar los caminos de la unión que hemos perdido”. (RG) (Agencia Fides 7/4/2009)


Compartir: