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Taipei (Agencia Fides) – “Aquí en Taipei la situación con respecto a la difusión del SARS está mejorando, pero siendo una enfermedad tan misteriosa y no controlable hasta el momento todos tiene miedo y se sienten débiles e indefensos”. Don Paolo Desandré, misionero de la Fraternidad de San Carlos Borromeo que se encuentra en Taipei (Taiwán), describe el clima que se respira en Taiwán. “Lo desconocido genera miedo, pero el ser cristiano nos hace tener otro criterio: sabes con seguridad que estamos en las manos del Señor en cada momento, aunque está claro que debemos estar atentos y evitar correr riesgos inútiles. La certeza de que todo lo que sucede en nuestra vida es por un destino bueno te hace ser verdaderamente distinto y estar en paz”.
“Los periódicos están llenos de noticias sobre el SRAS y los telediarios no hablan de otra cosa. Pero sinceramente lo que a mi más me ha impresionado desde que estoy aquí es otra enfermedad de la que nadie habla que produce cada día tantas víctimas. En Taipei y en Taiwán en general, hay un número impresionante de suicidios. En las lecciones de los chinos es muy corriente que el suicidio de una persona, ocurrido el día anterior, sea uno de los argumentos que usan para las discusiones. Se habla de suicidio como de algo normal, incluso a veces alguien hace broma de ello o se carcajea de forma que ponen la carne de gallina. Gente desesperada que se tira de un puente, chicos que a causa – eso dicen los periódicos – de un examen que no ha ido bien o del abandono de la persona amada, se quitan la vida. De estos hechos, que causan más víctimas que el SRAS, se habla poco o se habla sólo en los periódicos sensacionalistas para buscar causas que esconden la verdadera causa de un hecho tan horrible: la falta de Sentido en la vida”. (S.L.) (Agencia Fides 9/6/2003 Líneas: 24 palabras: 337)
