ASIA/MYANMAR - Primera visita a la diócesis de Pyay del Delegado Apostólico en Myanmar, con ocasión del Año Paulino y de la ordenación presbiteral de 3 diáconos

lunes, 30 marzo 2009

Pyay (Agencia Fides) - Obispos, sacerdotes, religiosas y fieles de la diócesis de Pyay han acogido con entusiasmo y afecto al Delegado Apostólico en Myanmar, Su Exc. Mons. Salvatore Pennacchio, que ha visitado esta diócesis el 21 y 22 de marzo por primera vez. La ocasión la han brindado dos acontecimientos significativos para la vida de la comunidad católica local: el Año Paulino, ya que la Catedral está dedicada al apóstol de las Gentes y la ordenación presbiteral de tres diáconos.
El Delegado Apostólico llegó a la residencia del Obispo la tarde del 21 de marzo, acogido por una representación de la comunidad católica, que ha expresado la alegría de toda la comunidad por esta visita con cantos y danzas locales. El Arzobispo Pennacchio visitó el Seminario menor dedicado a San Pablo y a la comunidad religiosa de las Sisters of Our Lady of the Missions (RNDM). El saludo oficial de la diócesis tuvo lugar con la Santa Misa en la Catedral, durante la cual el Arzobispo ha recitado junto a los presentes la Oración por el Papa, invitando a todos los fieles a rezar siempre por las intenciones del Santo Padre. La respuesta ha sido calurosa y convencida, expresada con cantos y aplausos.
El día siguiente, domingo 22 de marzo, tuvo lugar la Concelebración Eucarística con la ordenación sacerdotal de tres diáconos, presidida por Mons. Pennacchio. Concelebraron Su Exc. Mons. Gregory Taik Maung, Administrador apostólico de la diócesis de Pyay; Su Exc. Mons. Charles Bo, Arzobispo de Yangón; Su Exc. Mons. Justin Saw Min Thide, Auxiliar de Yangón. Los sacerdotes concelebrantes fueron 37, y estuvieron presentes en la solemne liturgia cerca de 1.200 fieles, unas cincuenta religiosas, 27 seminaristas y 42 catequistas.
En su homilía, el Arzobispo Pennacchio propuso algunas reflexiones de las lecturas bíblicas del IV domingo de Cuaresma, domingo "laetare", exhortando a los candidatos al sacerdocio a encomendarse a Cristo que los ha llamado al sacerdocio a pesar de sus debilidades. Recordó después que la Eucaristía es la fuente y el centro de la vida del sacerdote y la prolongada oración silenciosa ante el altar no puede ser reemplazada por ninguna otra cosa en la vida del sacerdote. Por medio de la oración ante la Eucaristía la vida espiritual del sacerdote crece y como consecuencia adquiere las energías misioneras de los grandes apóstoles.
Al término el Delegado Apostólico ha agradecido, en nombre del Santo Padre Benedicto XVI, a los padres y familiares de los candidatos por el don de sus hijos a la Iglesia, y los ha exhortado a acompañar siempre con la oración su futuro ministerio pastoral. Luego ha invitado a rezar por las vocaciones, confiando en la gracia y en el amor de Dios, y ha asegurado a cada uno la oración y la cercanía del Santo Padre, invitando a todos a rezar por el Papa. (S.L) (Agencia Fides 30/3/2009)


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