ASIA/CHINA - La parroquia de San José en la diócesis de Pekín, conocida por la belleza artística y por una historia difícil, se prepara para festejar a su Patrón relanzando la misión

martes, 17 marzo 2009

Pekín (Agencia Fides) – Ser un cristiano auténtico, una persona capaz de transmitir el amor de Dios en la sociedad transmitiendo y glorificando al Señor, permitiendo a un número cada vez mayor de personas conocer a Cristo y su mensaje de Amor: este es el programa espiritual del mes de marzo, dedicado a San José, de la parroquia que tiene como patrón a este Santo (la así llamada Dong Tang – la iglesia que se encuentra al este de la ciudad) de la diócesis de Pekín. En efecto cada año el mes de marzo está dedicado a San José, teniendo al centro la fiesta litúrgica del 19 de marzo. Después de la Misa de cada miércoles, los sacerdotes comparten con los demás fieles la lectura y la explicación de la Sagrada Escritura y las experiencias de fe, invitando también a un director espiritual que da un Curso de espiritualidad. La parroquia quiere así ayudar a los fieles a vivir bien el mes de San José, que es Patrón de la misión en China, y la Cuaresma. Asimismo la parroquia relanza su compromiso de evangelización de la sociedad, que del 15 al 19 de marzo alcanza su cumbre con muchas iniciativas misioneras y culturales.
Los orígenes de la parroquia de San José, que se encuentra al centro de Pekín, se remontan a la iglesia construida por dos jesuitas misioneros, sucesores del P. Matteo Ricci, el P. Louis Buglio y el P. Gabriel de Magallanes. Siendo mandarines de la Corte, convirtieron a muchos miembros de la Corte imperial. En 1655 el Emperador Shun Zhi les concedió una residencia con un gran terreno, donde construyeron la segunda iglesia católica de Pekín, después de la de Nan Tang, que se encuentra al sur de la ciudad, dedicada a la Inmaculada Concepción, construida por el P. Matteo Ricci. La iglesia en 1720 sufrió los daños de un terremoto, que fueron reparados el año siguiente. En 1807, durante el traslado de la biblioteca, se verificó un incendio que destruyó todos los edificios menos la iglesia. Con un decreto del emperador de la época, la iglesia fue cerrada y destruida.
Gracias a la colecta de fondos promovida por Su Exc. Mons. Louis Gabriel Delaplace (1820-1884), en 1884 se reconstruyó una iglesia en estilo románico, incluso más hermosa que la misma Catedral, pero lamentablemente fue una vez más destruida por los boxers el 13 de junio de 1900. La iglesia fue finalmente reconstruida en 1904, y es la que vemos hoy. Durante la revolución cultural china, la iglesia fue obligada a cerrar el 21 de agosto de 1966. En 1980 iniciaron las restauraciones, y fue abierta de nuevo al culto el 24 de diciembre del mismo año.
En 1990 la municipalidad de Pekín la reconoció como “Importante Patrimonio Cultural Protegido”. En el 2000 se dedicaron fondos para construir ante la iglesia una plaza, inaugurada el 11 de setiembre del 2000, con una urna sagrada con la estatua de San José. Por el lugar privilegiado y por su belleza artística e histórica, la iglesia constituye también una excelente oportunidad para la evangelización: todos los días llegan miles de visitantes, muchas parejas jóvenes católicas celebran allí su matrimonio y también parejas no católicas piden la bendición del sacerdote católico. Las reservaciones para esta ceremonia ya están tomadas hasta el próximo año. (NZ) (Agencia Fides 17/03/2009 – líneas 35, palabras 550)


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