VATICANO - En la visita al Monasterio de las Oblatas de Santa Francisca Romana el Santo Padre subraya la necesidad de "reconducir al centro de la convivencia civil la dimensión espiritual, para dar sentido pleno a las múltiples actividades del ser humano"

martes, 10 marzo 2009

Roma (Agencia Fides) - Concluida la visita al Campidoglio, poco después de las 12 horas del lunes 9 de marzo el Santo Padre Benedicto XVI se ha acercado al Monasterio de las Oblatas de Santa Francisca Romana a Tor de' Specchi. En la Capilla del Coro estaban reunidas las Monjas Oblatas y las Estudiantes que se encuentran en el Centro de Acogida Universitaria. Después de un momento de adoración al Santísimo Sacramento y veneración del cuerpo de Santa Francisca Romana, introducido por las palabras homenaje de la Madre Maria Camilla Rea, Presidenta del Monasterio, el Santo Padre ha pronunciado un discurso en el que se ha manifestado particularmente agradecido al Señor por poder rendir homenaje a “la más romana de las Santas", en el día de la fiesta litúrgica de Santa Francisca Romana y en el curso de las celebraciones por el cuarto centenario de su canonización, que tuvo lugar el 29 de mayo de 1608.
Recordando la total dedicación a Dios y al prójimo de Santa Francisca Romana, de la que surgió la experiencia de vida comunitaria en Tor de' Specchia, el Santo Padre ha afirmado: "Contemplación y acción, oración y servicio de caridad, ideal monástico y empelo social: todo esto encontró aquí un “laboratorio” rico en frutos, en estrecho lazo con los monjes Olivetanos de Santa María Nova". La posición central del monasterio, en el corazón de la ciudad, "casi representa el símbolo de la necesidad de reconducir al centro de la convivencia civil la dimensión espiritual, para dar sentido pleno a las múltiples actividades del ser humano" ha subrayado al Papa, que ha continuado: " Precisamente desde esta perspectiva, vuestra comunidad, junto con las otras comunidades de vida contemplativa, está llamada a ser una especie de “pulmón” espiritual de la sociedad, para que a todo el hacer, a todo el activismo de una ciudad no le falte la “respiración” espiritual, la referencia a Dios y a su designio de salvación. Este es el servicio que hacen en particular los monasterios, lugares de silencio y de meditación de la Palabra divina, lugares donde hay preocupación por tener siempre la tierra abierta hacia el cielo”.
Benedicto XVI ha destacado a continuación la peculiaridad del Monasterio de Tor de' Specchia, que refleja naturalmente el carisma de santa Francisca Romana. “Se vive aquí un peculiar equilibrio entre vida religiosa y vida laical, entre vida en el mundo y fuera del mundo - ha recordado el Papa -. Un modelo que no nació sobre el papel, sino de la experiencia concreta de una joven romana: escrito - se diría – por el propio Dios en la existencia extraordinaria de Francisca, en su historia de niña, de adolescente, de jovencísima esposa y madre, de mujer madura, conquistada por Jesucristo, como diría san Pablo. No por nada las paredes de estos ambientes están decoradas con imágenes de su vida, para demostrar que el verdadero edificio que Dios quiere construir son las vidas de los santos”.
En la parte conclusiva de su discurso, el Santo Padre ha subrayado que "también en nuestros días, Roma necesita mujeres todas de Dios y del prójimo; mujeres capaces de recogimiento y de servicio generoso y discreto; mujeres que sepan obedecer a sus pastores, pero también apoyarles y estimularles con sus sugerencias, maduradas en el coloquio con Cristo y en la experiencia directa en el campo de la caridad, de la asistencia a los enfermos, a los marginados, a los menores en dificultad. Es el don de una maternidad que se hace una con la oblación religiosa, según el modelo de María Santísima”. (S.L) (Agencia Fides 10/3/2009)


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