VATICANO - "La Transfiguración de Jesús fue sustancialmente una experiencia de oración” recuerda el Papa en el ángelus, exhortando "a encontrar en este tiempo cuaresmales prolongados momentos de silencio"; la oración del Papa "por todas las mujeres, para que sean cada vez más respetadas en su dignidad y valoradas en sus positivas potencialidades”, anunciado el viaje a Tierra Santa

lunes, 9 marzo 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La experiencia de los ejercicios espirituales y el Evangelio de la Transfiguración del Señor han sido el centro del discurso que el Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro el domingo 8 de marzo, segundo domingo de Cuaresma. Los Ejercicios Espirituales han sido "una semana de silencio y oración: la mente y el corazón han podido dedicarse totalmente a Dios, a la escucha de su Palabra, a la meditación de los misterios de Cristo" ha afirmado el Papa, quien ha continuado: "Salvando las distancias, es algo así como lo que les sucedió a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, cuando Jesús los llevó a lo alto del monte, en un lugar separado, solos, y mientras rezaba se "transfiguró": su rostro y su persona se volvieron luminosos, resplandecientes… Jesús quería que sus discípulos, en particular los que tendrían la responsabilidad de guiar a la Iglesia naciente, hicieran una experiencia directa de su gloria divina para afrontar el escándalo de la cruz”.
Benedicto XVI ha puesto a continuación en evidencia que "la Transfiguración de Jesús fue esencialmente una experiencia de oración. La oración, de hecho, alcanza su culmen, y por ello se convierte en luz interior, cuando el espíritu del hombre adhiere al de Dios y sus voluntades se funden, como formando una sola cosa. Cuando Jesús subió al monte, se sumergió en la contemplación del designio de amor del Padre, que le había mandado al mundo para salvar a la humanidad… Jesús vio cómo ante sí se presentaba la Cruz, el extremo sacrificio necesario para liberarnos del dominio del pecado y de la muerte. Y, en su corazón, una vez más repitió su "amén". Dijo "sí", "heme aquí", "que se cumpla, Padre, tu voluntad de amor". Y, como había sucedido tras el Bautismo en el Jordán, llegaron del Cielo los signos de la complacencia de Dios Padre: la luz, que transfiguró a Cristo, y la voz, que proclamó al "Hijo querido" (Marcos 9, 7)”.
Antes de la oración mariana, el Papa ha recordado que "la oración conforma la estructura que rige nuestra vida espiritual" y ha exhortado a todos "a encontrar en este tiempo de Cuaresma momentos prolongados de silencio, si es posible de retiro, para revisar la propia vida a la luz del designio de amor del Padre celestial", dejándose conducir por la Virgen Maria, maestra y modelo de oración, invocada como Madre de la confianza y de la esperanza.
Después del ángelus el Papa ha recordado el Día internacional de la mujer, 8 de marzo, que nos invita "a reflexionar sobre la condición de la mujer y a renovar el compromiso para que siempre y en todo lugar cada persona pueda vivir y manifestar en plenitud sus propias capacidades, obteniendo pleno respeto por su dignidad". Recordando que "de este modo se han expresado el Concilio Vaticano II y el magisterio pontificio", Benedicto XVI ha subrayado el testimonio de los Santos, y en particular en nuestra época el de la Madre Teresa de Calcuta. "¡Cuantas otras mujeres trabajan cada día, en lo escondido, por el bien de la humanidad y por el Reino de Dios! Aseguro hoy mi oración por todas las mujeres para que sean cada vez más respetadas en su dignidad y valoradas en sus positivas potencialidades”.
A continuación el Santo Padre ha confiado a la oración de los fieles sus próximos viajes apostólicos: del 17 al 23 de marzo en África, Camerún y Angola, "para manifestar mi cercanía concreta y la de la Iglesia a los cristianos y a las poblaciones de ese continente, que me es particularmente querido"; del 8 al 15 de mayo, a Tierra Santa "para pedir al Señor, al visitar los lugares santificados por su paso terreno, el precioso don de la unidad y de la paz para Oriente Medio y para toda la humanidad”. (S.L) (Agencia Fides 9/3/2009)


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