AFRICA/KENYA - “Os exhorto a invocar a Dios para que perdone nuestros pecados, causa de nuestros males”: Mensaje de Cuaresma del Cardenal Njue, Arzobispo de Nairobi

viernes, 27 febrero 2009

Nairobi (Agencia Fides)- “Ha pasado un año desde que la devastación de la violencia post electoral golpeó Kenia. Nuestros hermanos y hermanas sufren aún en los campos para refugiados internos a causa del tribalismo, de las devastaciones, de los conflictos y de la violencia. Los culpables de estos crímenes están aún libres, tratando de olvidar sus pecados y los crímenes que planificaron y cometieron”, escribe el Cardenal John Njue, Arzobispo de Nairobi y Administrador Apostólico de Muranga, en el Mensaje para la Cuaresma del 2009.
En enero-febrero del 2008, las violencias relacionadas a las elecciones presidenciales provocaron cientos de muertos y la fuga de cientos de miles de personas de sus casas, y una parte de estas vive aún en los campos de acogida.
Las heridas en la sociedad keniana aún son profundas; por esto el Cardenal Njue afirma: “El tiempo de Cuaresma propone a cada uno de nosotros estas preguntas fundamentales: ¿Estoy mirando a mis compatriotas kenianos como hermanos? ¿Estoy listo para pedir disculpas y buscar el perdón cuando me equivoco? ¿Estoy haciendo progresos en mi fidelidad a Cristo en mi deseo de ser santo, en un generoso apostolado de reconciliación en mi vida cotidiana, en mi trabajo ordinario y entre mis colegas? Cada uno de nosotros, en silencio, debería responder estas preguntas y se dará cuenta que necesitamos de un cambio fundamental en nuestro modo de vivir y de afrontar las situaciones. Los kenianos han adoptado la extraña cultura de argumentar la propia auto defensa cuando su conciencia les dice que están en el error. El vicio de esconder el mal con el pretexto de mis enemigos políticos no es la dirección justa que se debe tomar”.
Entre los males que debe afrontar el país están la corrupción, el hambre que deriva de la especulación con los cereales (ver Fides 13/1/2009). El Cardenal Njue estigmatiza “las acciones de algunas personas como la mala gestión de los recursos nacionales, entre ellos cereales y carburantes, cuales signos de la fuerte oscuridad que nos rodea”.
“Frente al preocupante escenario de hambre, criminalidad, incidentes, violencia, corrupción, los católicos kenianos no deberían estar indiferentes. Este es el motivo por el que os exhorto a invocar a Dios el perdón de nuestros pecados. Conocemos bien las culpas de los cristianos, que han contribuido en ensuciar el rostro impecable de la Iglesia local, pero confiando en el amor misericordiosos de Dios, que no considera el mal ante el arrepentimiento, podemos una vez más continuar con el camino de curación. El amor de Dios se ha revelado en todo su esplendor cuando una persona ingrata y pecadora es readmitida a la plena comunión con Jesús”.
La conversión debe traducirse en una cultura de paz que beneficie a todos los kenianos: “Os invito a todos a construir una cultura del perdón y de la paz al interior del propio corazón, como individuos, familias y comunidades, para ello se debe ser capaz de construir la paz en nuestra nación. Este es el gran llamado que les quiero hacer para poder construir una cultura de la paz, de la seguridad y de la tolerancia entre nosotros”.
“Debe haber un compromiso por la paz, la instrucción y la catequesis que mire a las mentes de las personas, que sustituya el lenguaje y las acciones de la violencia con el del perdón y de la paz. Como responsables de la comunidad os invito a desarrollar una sincera voluntad de lucha contra la corrupción evitando todo tipo de atajo para adquirir riquezas”, concluye el mensaje. (L.M.) (Agencia Fides 27/2/2009; líneas 42, palabras 610)


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