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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Santo Padre Benedicto XVI ha enviado un telegrama de pésame al arzobispo de Seúl (Corea) Card. Nicholas Cheong Jinsuk, por la muerte, ocurrida el lunes 16 de febrero, del Card. Stephen Kim Sou-hwan, Arzobispo emérito de Seúl. En el telegrama el Santo Padre escribe: " "Profundamente apenado por la muerte del cardenal Stephen Kim Sou-hwan, le envío de corazón mis más sentido pésame y a todo el pueblo de Corea. Recordando con gratitud los años de abnegado servicio del cardenal Kim a la comunidad católica en Seúl y sus muchos años de fiel asistencia al Santo Padre como miembro del colegio de cardenales, me uno a sus oraciones para que Dios nuestro Padre misericordioso le recompense por su labor y acoja su noble alma en la alegría y la paz del reino celestial. A los familiares del cardenal Kim y a toda la asamblea reunida para la solemne misa de cristiana sepultura imparto mi bendición apostólica como prenda de consuelo y fortaleza en el Señor. Benedicto PP. XVI".
El Cardenal Stephen Kim Sou-hwan, murió en el hospital católico St. Mary en Gangnam, Seúl. Tenía 87 años. Había nacido en Taegu el 8 de mayo de 1922, y fue ordenado sacerdote el 15 de septiembre de 1951. Elegido a la Sede residencial de Masan el 15 de febrero de 1966, recibió la ordenación episcopal el 31 mayo del mismo año. Promovido a Seúl el 9 de abril de 1968, fue creado y publicado Cardenal por Pablo VI en el Consistorio del 28 de abril de 1969. Era conocido por haber sido llamado a la guía pastoral de la archidiócesis de Seúl a la edad de apenas 46 años, y cuando Pablo VI lo nombró cardenal - fue el primer coreano elevado a la dignidad cardenalicia – era el purpurado más joven del mundo. El 3 de abril de 1998 renunció al gobierno pastoral de la archidiócesis. Desde el 10 de junio de 1975 al 3 de abril de 1998 fue también administrador apostólico de P'yong-yang.
La acción pastoral del Cardenal Stephen Kim Sou-hwan estuvo dirigida a imprimir el espíritu de la renovación conciliar en las estructuras diocesanas y a intensificar la actividad de evangelización, en la que implicó particularmente a los laicos. Dedicó atención particular a la búsqueda del diálogo con los no-cristianos y a la coordinación de los esfuerzos comunes en el campo caritativo y asistencial. Muy valientes - en la difícil situación política interna - fueron sus declaraciones y sus iniciativas en defensa de los derechos humanos, de los trabajadores y de la democracia. Varias veces Presidente de la Conferencia Episcopal coreana, de 1973 al 1977 fue Presidente de la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia (Fabc) y durante muchos años miembro del Consejo de la Secretaría general del Sínodo de los Obispos. El Cardenal Kim fue también Presidente delegado de la asamblea especial para Asia del Sínodo de los Obispos, que se celebró en el Vaticano del 19 de abril al 14 de mayo de 1998. (S.L) (Agencia Fides 17/2/2009)
