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Napoli (Agencia Fides) – “Es necesario que cada uno tome conciencia de lo que es esta parte del país y de aquello que puede ser por el propio bien y de todos. No se trata de crear otra Italia sino de construir un único país con la participación de riquezas diversas, convergentes y complementares”. El Card. Angelo Bagnaso, Arzobispo de Génova y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), en su homilía en la Catedral de Nápoles, habla del Mediodía de Italia, prólogo de la segunda jornada del Congreso “Iglesia en el sur, Iglesias del sur”. El Card. Bagnasco exhortó a la Iglesia del sur y a su gente a ser protagonistas de su futuro, “con aquella dosis de valor que no es superioridad o suficiencia, sino conciencia y responsabilidad”. Hace veinte años los Obispos italianos firmaron un documento sobre “Iglesia italiana y Mediodía”, hoy el Congreso “Iglesia en el Sur, Iglesias del Sur”, realizado en Nápoles el 12 y 13 de febrero, resaltó que aquel documento fue premonitorio, según el análisis del profesor Piero Barucci, garante de la competencia y del Mercado, extremadamente vital y con una admonición.
El subtítulo para el Congreso “En el futuro como creyentes responsables”, es un ulterior llamado tanto a la esperanza como a aquello que el Card. Arzobispo de Nápoles, Crescenzio Sepe, define “ejercicio de caridad que es exigencia de toda la Iglesia”. El lema que inspiró el documento del 1989 es siempre el mismo: “El país no crecerá sino es juntos”. “El documento del 1989 –dijo el Cardenal Sepe- indicaba las líneas del empeño de la Iglesia y de los cristianos por el Mediodía: solidaridad recíproca, capacidad de testimonio profético, libertad de todo influjo del poder, nueva evangelización, formación en el compromiso político, ministerialidad del servicio y de liberación”. Es común el análisis de una realidad que en el ámbito de la creciente crisis económica mundial aún no puede ser problemático. Es necesario detenerse a constatar el drama social”.
“Debemos alimentar la esperanza. Hacer entender que cada uno tiene sus dones y en el recíproco intercambio se puede salir juntos adelantes”, dijo el Card. Sepe. Obviamente el análisis parte de lo concreto y la primera relación, presentada por el prof. Barocci, evidenció que los veinte años pasados han sido una verdadera revolución para el país. Ha terminado una época, y es necesario preguntarse si tiene sentido hablar de un problema meridional. Toda la economía está en crisis y el Sur “si bien tiene sus puntos de excelencia, no consigue hacerlos despegar”.
El director de la Oficina Pastoral de Cultura de Palermo, Giuseppe Savagnone, destacó que es necesario ser realistas y que en ciertos puntos del documento del 1989 se es algo optimista. En realidad, hoy en día el discurso vierte en dos planos (plano noble y plano de la tierra): el mundo de las reflexiones y de las obras, el planeta de los congresos y el de la pastoral. Lamentablemente son planos netamente separados. Y este análisis es fruto de documentos y reflexiones que los Obispos meridionales han hecho desde 1989 en adelante, en Calabria, Puglia, Basilicata y Campaña.
El profesor Alessandro Pajno, Presidente de sección del Consejo de Estado, destaca que el sentido de pertenencia tiene que tener una dosis de calidad, debe afirmarse una conciencia religiosa que sepa traducirse en conciencia civil. “Lo que falta, a 20 años de distancia, es la vinculación entre la opción religiosa y la opción histórica. Los católicos meridionales corren el riesgo de hacer opciones que versas solo sobre la intimidad cuando se necesita de un cristianismo consciente, de un sentido de pertenencia a la Iglesia que lleve al laico católico a comprometerse en la sociedad. El prof. Carlo Greco, Presidente de la Pontificia Facultad Teológica de Italia meridional, delineó el contexto de la nueva pastoral en la que la imagen de la Iglesia se vuelve misionera, creativa y propositiva. Una intuición que se afirmó muy incisivamente con el congreso de los Obispos de Palermo que se realizó en 1995 y a partir del cual la Iglesia realizó un proyecto cultural. (C.S.) (Agencia Fides 13/2/2009; líneas 46, palabras 705)
