ASIA/FILIPINAS - La paz en Mindanao recomienza desde abajo, gracias al aporte de la sociedad civil y al involucramiento de la Conferencia de Obispos y Ulamas.

martes, 27 enero 2009

Davao (Agencia Fides) – El proceso de paz en Filipinas del Sur –después del colapso de agosto del 2008 y del agravarse de los enfrentamientos y de la violencia entre las tropas gobernativas y los movimientos guerrilleros islámicos– debe partir desde “abajo”, gracias a un fuerte compromiso de la sociedad civil, de la comunidad religiosa y de las comunidades locales, pequeñas municipalidades y aldeas. Es esta la idea base de un basto plan de relanzamiento del proceso de paz del que se hará cargo la “Conferencia de Obispos y Ulamas” de Mindanao (Bishops Ulama Conference, BUC), en un intento por dar un aporte al proceso de negociación. La Conferencia, que reúne Obispos cristianos y líderes musulmanes, se ha hecho eco de una invitación del gobierno filipino que nuevamente la ha involucrado en la búsqueda de una solución pacífica del conflicto en Mindanao.
El nuevo plan prevé una amplia consultación y una amplia representación de las comunidades locales de Mindanao, que son las que se verían directamente afectadas por un eventual acuerdo entre los movimientos autonomistas musulmanes y el gobierno, sobre todo en relación a la inclusión de la Región Autónoma de Mindanao Musulmana (ya existente). Según S.E.R. Mons. Fernando Capalla, Arzobispo de Davao City y uno de los tres presidentes de la BUC, el plan “contempla amplias consultaciones para favorecer el diálogo entre los distintos componentes de la región”.
El proyecto, elaborado por 18 académicos de Mindanao, cristianos y musulmanes, busca darle un carácter más democrático a la elaboración del protocolo de acuerdo (Memorandum of Agreement) entre el gobierno y rebeldes.
El acuerdo precedente dejo descontenta a la población. Las delegaciones del MILF y del gobierno habían alcanzado un acuerdo de máxima que debió ser ratificado por las dos partes el 5 de agosto del 2008 en Kuala Lumpur. El acuerdo preveía la concesión de mayores poderes en campo económico, fiscal y administrativo a la Región autónoma musulmana. Además, la Región hubiera sido más amplia (pero después de un referéndum popular), englobando más de 700 municipalidades de la provincia de Sultan Kundarat, Lanao del Norte, Cotabato del Norte, Palawan y algunos pueblos del territorio de las ciudades de Iligan y Zamboanga.
En Mindanao, en la provincia objeto de las tratativas, muchos segmentos de la población no musulmana –en particular cristianos y grupos étnicos indígenas (los lumads) – se hubieran visto obligados a vivir bajo una administración de matriz claramente islámica. Muchas personas y grupos sociales de las provincias afectadas –sobre todo los ciudadanos filipinos emigrados en las décadas pasadas a Mindanao– iniciaron a protestar en masa, rechazando el acuerdo y quejándose de no haber sido consultados por el gobierno.
La cuestión fue llevada ante la Corte Suprema de Filipinas que, el día antes de la firma del acuerdo, emitió una orden de suspensión. El veredicto definitivo fue dado en octubre del 2008, cuando la Corte declaró el borrador del acuerdo “inconstitucional” cerrando la cuestión.
De esa manera el acuerdo no se realizó dicho acuerdo y estalló una nueva ola de violencia.
(PA) (Agencia Fides 27/1/2009 líneas 37 palabras 525)


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