AFRICA/CONGO RD - Kivu: continua la tregua, pero la situación humanitaria sigue siendo dramática; la prensa local pone a la luz la convergencia de intereses de quien quiere una nueva guerra

lunes, 3 noviembre 2008

Kinshasa (Agencia Fides) – Sacando provecho del cese al fuego, un convoy humanitario de la ONU llegó a Rutshuru, al norte de Kivu, al este de la República Democrática del Congo, en manos de los rebeldes de Laurent Nkunda. Las ayudas humanitarias están destinadas en particular a las 50 mil personas acogidas en el campo para refugiados que había quedado sin asistencia luego del avance de los rebeldes. Pero la situación humanitaria en la provincia congolesa continúa siendo muy grave: el número de prófugos en fuga podría estar llegando a los 2 millones de personas, obligadas a huir durante la época de lluvias, y a enfrentar de este modo el miedo, el hambre, el frío e incluso la muerte.
En el plano político, el nuevo gobierno de Kinshasa, presidido por Adolphe Muzito, que en la noche entre el 1 y el 2 de noviembre obtuvo el voto favorable del Parlamento, rechazó el pedido de Nkunda de realizar tratativas directas. Nkunda había amenazado con continuar su lucha hasta lograr la caída del presidente Kabila en caso no fuese escuchado su pedido de negociar con el gobierno de Kinshasa.
En realidad, Nkunda no parece intencionado a marchar hasta Kinshasa como hizo Kabila padre en 1997, marcando la caída de Mobutu. Su objetivo parece estar limitado a Kivu, donde según la prensa congolesa es más que evidente su tentativo de crear un Estado separado (que llamará probablemente “República de los Grandes Lagos”), con la ayuda de los países limítrofes y de algunas multinacionales deseosas de explotar las inmensas riquezas de la región (ver Fides 31/10/2008).
Las responsabilidades frente a esta guerra, sin embargo, según la prensa local, son compartidas incluso con algunos políticos congoleses, que bien podrían definirse “señores de la guerra”, pues la promueven con el fin de desencadenar una nueva lucha por motivos esencialmente económicos: llenar las propias arcas a expensas del presupuesto militar. Un fenómeno bien conocido en otros muchos conflictos, cuando los gastos de guerra son borrados por políticos y militares corruptos, gracias al hecho de que en periodo de emergencia bélica los controles sobre el presupuesto estatal son menos severos.
La convergencia de intereses entre una parte de los políticos de Kinshasa y de los actores locales de Kivu (Nkunda) movidos por precisos intereses extranjeros, explica porqué todos los intentos de traer nuevamente la paz al Congo resultan fallidos. Los congoleses están también desilusionados del accionar de la ONU, que está fuertemente condicionada por los obstáculos interpuestos por algunos Estados que han proporcionado las tropas que componen la MONUC (Misión de las Naciones Unidas en el Congo). Estos Estados (asiáticos y también africanos) miran más a proteger sus propios intereses en el Congo que a seguir el mandato de la ONU. Es por ello comprensible que en el Congo se mire con prudencia la misión de exploración de los Ministros del Exterior inglés y francés, David Miliband y Bernard Kouchner, que en Dar es Salaam (Tanzania) hicieron un llamado a un “nuevo esfuerzo político, vigoroso y unitario” e invitaron a los gobiernos de la República Democrática del Congo y Rwanda a honrar los trabajos asumidos en base a los acuerdos de paz de Nairobi. (L.M.) (Agencia Fides 3/11/2008; líneas 38, palabras 525)


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