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Kinshasa (Agencia Fides)- Miles de personas en fuga (según la ONU se trata de 40mil) de Kivu del norte (este de la República Democrática del Congo) se dirigen a Ruanda y Uganda, mientras el líder rebelde Laurent Nkunda ha instaurado un cese de fuego unilateral. La capital, Goma, está aún en manos del gobierno, pero los guerrilleros de Nkunda están a sus puertas.
Miles de prófugos se reunieron en la ciudad, obligados a abandonar los campos para refugiados, mientras los soldados del gobierno, según cuanto afirma la ONU, se dedican al saqueo contra la población civil. En Bukavu, capital de Kivu del sur, crece la tensión, al tiempo que llegan buena parte de los prófugos que huyen de Kivu del norte. Fuentes de la Iglesia local indican a Agencia Fides que el 29 de octubre, aniversario de la muerta de Mons. Christophe Munzihirwa, Arzobispo de Bukavu, asesinado en 1996, “miles de personas se reunieron en las calles para protestar contra la guerra y el intento de balcanizar el Congo, así como para sostener el programa Amani”, el programa previsto por el acuerdo de Goma en enero del 2008, firmado en Nkunda y que apunta a recobrar la paz mediante el dialogo entre todas las partes involucradas en el conflicto.
La comunidad internacional parece impotente: los 17 mil Cascos Azules de la misión ONU en Congo (MONUC) no han logrado detener el enésimo drama del Congo. Una situación que ha sido denunciada por Su Eminencia el Cardenal Renato Raffaele Martino, Presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, que en una declaración enviada a Agencia Fides afirma que “el mundo no puede seguir mirando sin reaccionar ante la muerte de inocentes, víctimas de actos de violencia y de barbarie, ni desinteresarse por la suerte de decenas de miles de refugiados que huyen de la guerra y están expuesto a la intemperie, a las enfermedades y al hambre”. “El Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz –continua la nota- se dirige a las partes en conflicto para que renuncien a la lógica del enfrentamiento y de las armas, opten por el dialogo y las negociaciones y en un acto de humanidad pongan el bien común sobre los intereses egoístas y partisanos. Al mismo tiempo el Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz interpela a la comunidad internacional para que intervenga con todo su peso en la resolución del conflicto en acto, velando en particular por el respeto hacia los diversos acuerdos de paz que han sido firmados por las partes. Así mismo, el Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz destaca la importancia de una solución de la crisis que considere debidamente las preocupaciones por la paz y por la seguridad de todos los países y los habitantes de la Región de los Grandes Lagos de África, porque no puede existir paz integral sino esta fundada sobre el dialogo y la reconciliación, condiciones indispensables para la estabilidad y el desarrollo solidario”.
La Unión Europea está considerando el envió de una misión militar para proteger a la población civil, mientras los Estados Unidos piden el inicio de las negociaciones para poner fin a las hostilidades. Mientras tanto el gobierno de Kinshasa parece estar considerando el pedir ayuda a Angola, cuyas tropas intervinieron en Congo en la guerra que duró desde 1998 al 2003. (L.M.) (Agencia Fides 31/10/2008; 587 palabras, 39 líneas)
