VATICANO - “A siglos de distancia de Pablo, vemos que ha vencido la Cruz y no la sabiduría que se opone a Cruz. El Crucificado es sabiduría, porque manifiesta de verdad quien es Dios, es decir poder de amor que llega hasta la Cruz para salvar al hombre”: la catequesis del Papa en la audiencia general

viernes, 31 octubre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “En el encuentro con Jesús en el camino de Damasco, Pablo comprendió el sentido central de la Cruz: entendió que Jesús había muerto y resucitado por todos y por él mismo. Ambas cosas eran importantes; la universalidad: Jesús había muerto realmente por todos, y la subjetividad: Él ha muerto también por mí. En la Cruz, por tanto, se había manifestado el amor gratuito y misericordioso de Dios". Con estas palabras ha introducido el Santo Padre su catequesis durante la audiencia general del miércoles 29 de octubre, dedicada a la "teología de la Cruz” en la predicación paulina. "Día tras día, en su nueva vida, experimentaba que la salvación era "gracia", que todo descendía del amor de Cristo y no de sus méritos, que por otro lado no existían. El "evangelio de la gracia" se convirtió así en la única forma de entender la Cruz, el criterio no sólo de su nueva existencia, sino también la respuesta a sus interlocutores" ha explicado el Santo Padre.
Para San Pablo por tanto "la Cruz tiene un primado fundamental en la historia de la humanidad… porque decir Cruz quiere decir salvación como gracia dada a toda criatura. El tema de la cruz de Cristo se convierte en un elemento esencial y primario de la predicación del Apóstol" ha continuado Benedicto XVI, recordando que Pablo quiere recordar a todos, también a nosotros, "que el Resucitado es siempre Aquel que ha sido crucificado. El "escándalo" y la "necedad" de la Cruz están precisamente en el hecho que ahí donde parece haber solo fracaso, dolor, derrota, precisamente allí está todo el poder del Amor ilimitado de Dios, porque la Cruz es expresión de amor y el amor es el verdadero poder que se revela precisamente en esta aparente debilidad.… Si para los judíos el motivo de rechazo de la Cruz se encuentra en la Revelación, es decir, en la fidelidad al Dios de sus padres, para los griegos, es decir, los paganos, el criterio de juicio para oponerse a la Cruz es la razón. Para estos últimos, de hecho, la Cruz es moría, necedad, literalmente te insipidez, alimento sin sal; por tanto, más que un error, es un insulto al buen sentido”.
El mismo Paolo, continua el Papa, ha recordado, "en más de una ocasión tuvo la amarga experiencia del rechazo del anuncio cristiano juzgado "insípido", irrelevante, ni siquiera digno de ser tomado en consideración en el plano de la lógica racional". Para los griegos era inaceptable que Dios pudiera hacerse hombre, sumergiéndose en todos los límites del espacio y del tiempo. ¡Por tanto era decididamente inconcebible creer que un Dios pudiera acabar en una Cruz! "Y vemos como esta lógica griega es también la lógica común de nuestro tiempo" ha subrayado Benedicto XVI, poniendo de relieve como Pablo hizo de la cruz el punto fundamental de su predicación en cuanto ella revela "la potencia de Dios" que es diferente del poder humano, ya que revela su amor. Siglos "A siglos de distancia de Pablo, vemos que ha vencido la Cruz y no la sabiduría que se opone a Cruz. El Crucificado es sabiduría, porque manifiesta de verdad quien es Dios, es decir poder de amor que llega hasta la Cruz para salvar al hombre. Dios se sirve de modos e instrumentos que a nosotros nos parecen a primera vista sólo debilidad. El Crucificado desvela, por una parte, la debilidad del hombre, y por otra, el verdadero poder de Dios, es decir, la gratuidad del amor: precisamente esta gratuidad total del amor es la verdadera sabiduría”.
"De esto san Pablo ha hecho experiencia hasta en su carne - ha afirmado el Pontífice - y nos da testimonio de ello en varios pasajes de su recorrido espiritual, que se han convertido en puntos de referencia precisos para todo discípulo de Jesús: El Apóstol se identifica hasta tal punto con Cristo que él también, aunque en medio de tantas pruebas, vive en la fe del Hijo de Dios que le amó y se entregó por los pecados suyos y de todos. Este dato autobiográfico del Apóstol es paradigmático para todos nosotros”.
Concluyendo su catequesis, Benedicto XVI ha recordado la "admirable síntesis se la teología de la Cruz en la segunda Carta a los Corintios (5,14-21), y ha exhortado: " San Pablo ha renunciado a su propia vida dándose totalmente a sí mismo para el ministerio de la reconciliación, de la Cruz que es salvación para todos nosotros. Y esto debemos saber hacer también nosotros: podemos encontrar nuestra fuerza precisamente en la humildad del amor y nuestra sabiduría en la debilidad de renunciar para entrar así en la fuerza de Dios”. (S.L) (Agencia Fides 31/10/2008)


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