VATICANO - El Papa confía a la Virgen de Pompeya el Sínodo de los Obispos y "a quienes en la Iglesia gastan sus energías al servicio del anuncio del Evangelio a todas las naciones"

martes, 21 octubre 2008

Pompeya (Agencia Fides) - “He venido, en particular, para confiar a la Madre de Dios, en cuyo regazo el Verbo se hizo carne, la Asamblea del Sínodo de los Obispos en curso en el Vaticano sobre el tema de la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. Mi visita también coincide con la Jornada Misionera Mundial: contemplando en Maria Aquella que acogió en si el Verbo de Dios y lo donó al mundo, pediremos en esta Misa por todos aquellos en la Iglesia gastan sus energías al servicio del anuncio del Evangelio a todas las naciones". Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI ha explicado los motivos que lo han llevado al Santuario de la Virgen del Santo Rosario de Pompeya el domingo 19 de octubre, peregrino tras las huellas del Siervo de Dios Juan Pablo II.
En la homilía de la Santa Misa que presidió en la plaza ante el Santuario, Benedicto XVI ha comentado las Lecturas de la Santa Misa del día. "La primera Lectura y el Salmo responsorial expresan la alegría del pueblo de Israel por la salvación donada por Dios, salvación que es liberación del mal y esperanza de vida nueva… Sì, el amor de Dios tiene este poder: renovar todas las cosas desde el corazón humano, que es su obra maestra y dónde el Espíritu Santo obra de la mejor manera su acción trasformadora. Con su gracia, Dios renueva el corazón del hombre perdonando su pecado, lo reconcilia y le infunde el impulso hacia el bien. Todo esto se manifiesta en la vida de los santos, y lo vemos aquí particularmente en la obra apostólica del beato Bartolo Longo, fundador de la nueva Pompeya".
En la narración evangélica de la bodas de Cana el evangelista Juan "destaca simbólicamente que Jesús es el esposo de Israel, del nuevo Israel que somos todos nosotros en la fe, el esposo venido para traer la gracia de la nueva Alianza, representado por el 'vino bueno'. A la vez, el Evangelio resalta también el papel de Maria, que… personifica precisamente la esposa amada del Señor, es decir el pueblo que él se ha elegido para irradiar su bendición sobre toda la familia humana. El símbolo del vino, unido al del banquete, propone de nuevo el tema de la alegría y la fiesta. Además el vino, como las otras imágenes bíblicas de la viña y la vid, aluden metafóricamente al amor: Dios es el viñador, Israel es la viña, una viña que encontrará su realización perfecta en Cristo, del que nosotros somos los sarmientos; y el vino es el fruto, es decir el amor, porque precisamente el amor es lo que Dios espera de sus hijos… Al amor exhorta también el apóstol Pablo en la segunda Lectura, de la Carta a los Romanos. Encontramos delineado en esta página el programa de vida de una comunidad cristiana, cuyos miembros han sido renovados por el amor y se esfuerzan por renovarse continuamente, para discernir siempre la voluntad de Dios y no recaer en el conformismo de la mentalidad mundana".
El Santo Padre ha puesto a continuación en evidencia que "la característica de la civilización cristiana es precisamente la caridad: el amor de Dios que se traduce en amor al prójimo". Dirigiendo el pensamiento a Bartolo Longo el Papa ha recordado que él proyectó y realizó "una ciudadela de Maria y de la caridad, pero no aislada del mundo… sino integrada en el territorio de este Valle para rescatarlo y promoverlo". “La fuerza de la caridad es irresistible: es el amor el que realmente mueve el mundo!" ha subrayado el Papa, quien ha añadido: "¡allí donde llega Dios florece el desierto!”
"También el beato Bartolo Longo, con su personal conversión, dio testimonio de esta fuerza espiritual que transforma interiormente al hombre y lo hace capaz de obrar grandes cosas según el diseño de Dios. El hecho de su crisis espiritual y de su conversión son hechos de grande actualidad - ha continuado el Papa -. Su conversión, con el descubrimiento del verdadero rostro de Dios, contiene un mensaje muy elocuente para nosotros, porque por desgracia no faltan tendencias similares en nuestros días. En este Año Paulino me gusta subrayar que también Bartolo Longo como san Pablo, se transformó de perseguidor en apóstol: apóstol de la fe cristiana, del culto mariano y, en particular, del Rosario, en él que encontró una síntesis de todo el Evangelio". La ciudad de Pompeya, refundada por Bartolo Longo, es "un ejemplo de como la fe puede obrar en la ciudad del hombre, suscitando apóstoles de caridad que se ponen al servicio de los pequeños y de los pobres, y actúan para que también los últimos sean respetados en su dignidad y encuentren acogida y promoción. Aquí en Pompeya se comprende que el amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables".
Concluyendo la homilía, el Santo Padre ha confiado a la Virgen Santa todas las familias, "células fundamentales de la sociedad", y ha recordado que "el Rosario es oración contemplativa accesible a todos: grandes y pequeños, laicos y clérigos, cultos y poco instruidos… es 'arma' espiritual en la lucha contra el mal, contra toda violencia, por la paz en los corazones, en las familias, en la sociedad y en el mundo". Al término de la Santa Misa, antes del ángelus, el Santo Padre ha recitado la Súplica a la Virgen de Pompeya. (S.L) (Agencia Fides 21/10/2008)


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