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Hong Kong (Agencia Fides) – “Sed sal y luz del mundo, instrumento de paz”: fue esta la exhortación de Su Exc. Mons. John Tong, Coadjutor de la diócesis de Hong Kong, durante la solemne celebración del Envío Misionero por la Jornada Misionera Mundial, realizado en el estadio de Hong Kong el domingo 12 de octubre (ver Fides 15/9/2008). Según cuanto afirma el Kong Ko Bao (el boletín diocesano en versión china), más de 7mil fieles participaron en la celebración diocesana bajo el tema “Caminar junto a Pablo”. En la apertura los niños vestidos con diversos trajes religiosos representando los Institutos misioneros presentes en Hong Kong estuvieron en primera fila, mano a mano con los verdaderos misioneros. Un “desfile”, muy querido por los organizadores, para mostrar que la llama de la evangelización continua pasando de generación en generación. Después de ellos un gran número de misioneros llevaba una bandera que decía “La llama continúa siendo transmitida”, bandera que fue entregada a los jóvenes que participaron en la JMJ de Sydney. En la oración de los fieles se rezó en diversos idiomas: africanos, italiano, camboyano, inglés, español, mandarín y cantonés para recordar que la misión diocesana se extiende hasta aquellas tierras. Los religiosos y fieles compartieron su experiencia de fe y de misión realizando un cuadro general de la misión evangelizadora en Hong Kong.
Según el P. Renzo Milanese, uno de los 35 misioneros PIME en Hong Kong, “transmitir la fe exige el conocimiento del idioma. Para los misioneros es una condición obligatoria para una mejor evangelización. Yo sufrí mucho, como mis hermanos, al punto de gritar, para aprender el idioma”. El jesuita P. Stephen Chow, SJ. destacó el aporte misionero mediante la educación. Suor Ye, enfermera, habló de la misión hospitalaria y en el mundo del sufrimiento; algunos laicos hablaron del rol de la familia, de la parroquia, de los Sunday Schools en la transmisión de la fe. Bajo diversos aspectos, todos confirmaron una realizada común: “la evangelización más eficaz es aquella que se realiza con una vida cristiana ejemplar, por que el testimonio vivo es más convincente que cualquier palabra o prédica”. (NZ) (Agencia Fides 20/10/2008; 376 palabras, 26 líneas)
