VATICANO - En la Jornada Misionera el Papa en el ángelus que "el primero empeño misionero de cada uno de nosotros es el ruego" y recuerda pensando en la beatificación de los padres de santa Teresa de Jesús Niño, pone en resalto el papel fundamental de la familia

lunes, 20 octubre 2008

Pompeya (Agencia Fides) - Al término de la Santa Misa celebrada en la Plaza del Pontificio Santuario de Pompeya, el domingo 19 de octubre, el Santo Padre ha dirigido el rezo del ángelus con los fieles presentes. Al introducir la oración mariana Benedicto XVI ha confiado a la Virgen algunas particulares intenciones "de la Iglesia y de la humanidad": el Sínodo de los Obispos, la Jornada Misionera, la familia.
"De manera particular rezamos por la asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se está celebrando en Roma- ha dicho el Papa - y que tiene como tema: 'La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia', para que traiga frutos de auténtica renovación en cada comunidad cristiana”. Otra especial intención de oración se refiere a la actual Jornada Misionera Mundial que, en este Año Paulino, nos propone para la meditación una famosa expresión del apóstol de las gentes: “¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!” (1 Cor. 9, 16). "En este mes de octubre, mes misionero y del Rosario,- ha continuado el Pontífice -, ¡cuántos fieles y comunidades ofrecen el santo Rosario por los misioneros y por la evangelización! Por este motivo estoy muy contento de encontrarme precisamente aquí, en Pompeya, en el santuario más importante dedicado a la Virgen del santo Rosario. Me permite subrayar con mayor fuerza que el primer compromiso misionero de cada uno de nosotros es precisamente la oración. Rezando se prepara ante todo el camino al Evangelio; rezando se abren los corazones al misterio de Dios y se predisponen los espíritus a acoger su Palabra de salvación”.
Benedicto XVI ha recordado a continuación la beatificación de Louis Martin y Zélie Guérin, padres de santa Teresa de Jesús Niño, declarada por Pío XI patrona de las misiones, acto que ha tenido lugar en Lisieux en el mismo domingo. "Este nuevos Beatos - ha afirmado el Papa - han acompañado y compartido, con su oración y su testimonio evangélico, el camino de su hija llamada por el Señor a consagrarse a Él sin reservas entre las paredes del Carmelo… Pensando en la beatificación de los esposos Martin, quiero recordar otra intención que llevo en el corazón: la familia, cuyo papel es fundamental en la educación de los hijos en un espíritu universal, abierto y responsable hacia el mundo y sus problemas, así como en la formación de las vocaciones a la vida misionera". El Papa ha invocado a continuación la protección de la Virgen de Pompeya "sobre todos los núcleos familiares del mundo, pesando ya en el VI Encuentro Mundial de las Familias, programado en la Ciudad de México para enero de 2009”. (S.L) (Agencia Fides 20/10/2008)


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