EUROPA/ITALIA - Las graves consecuencias de la actual crisis financiera sobre el flujo migratorio y sobre los países en vías de desarrollo: desde el inicio del año hay 100 millones más de pobres

viernes, 17 octubre 2008

Roma (Agencia Fides) - Mientras los gobiernos de los países más ricos del planeta toman las precauciones necesarias para poder salvar de la bancarrota sus propios sistemas bancarios y las finanzas globales, no muchos se han preocupado hasta el momento de las consecuencias que el terremoto de las bolsas – en lo que ha sido definido por muchos observadores como la crisis más grabe después de la de 1929 – podrá tener en los países en vías de desarrollo.
El riesgo manifestado por las instituciones más competentes – Banco Mundial, Unión Europea, Las Naciones Unidas, sin contar con las recientísimas palabras del Santo Padre – es que la frenada de las economías más ricas suponga un recorte en la ayuda destinada a los países más pobres o en vías de desarrollo, comprometiendo los resultados obtenidos hasta el momento o los que estaban ya programados. Además, no se sabe bien que sucederá en el medio plazo, si es que los efectos de la crisis – como ya parece casi cierto – se transformasen en una recesión global, es decir, en una reducción de marcha del motor de la economía mundial.
Según las instituciones internacionales más importantes un escenario de recesión a mediano-largo plazo podría tener consecuencias muy serias en los flujos migratorios hacia los países desarrollados. Si la zona de la Unión Europea, que ya sufre las tensiones y los problemas internos relacionados a los flujos migratorios, podría lograr manejar el problema dentro de sus propias fronteras, la cuestión se volvería particularmente crítica en el continente africano. Desde esa zona la presión hacía los países europeos, y en general hacía aquellos más desarrollados, con seguridad va a aumentar. África es la región del mundo donde se cuenta el mayor número de personas que sufren hambre, que no tienen trabajo ni instrucción y donde los problemas relacionados a las epidemias y a los conflictos armados están más extendidos.
La situación negativa de las economías podría tener un efecto parecido, al menos en parte, en algunas regiones de Asia. En la reciente cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana llevada a cabo en Bruselas (la colaboración entre las dos instituciones comenzó un año atrás) entre los temas tratados estaba en primer lugar el de la migración, de ahí la crisis financiera global con sus consecuencias en el aumento de los precios y de los bienes primarios y, finalmente, el tema energético. Y es que en efecto la migración, el derrumbe de las bolsas, la inestabilidad del precio del petróleo, los cambios climáticos y las crisis alimentaria son todos fenómenos relacionados entre sí y que pueden poner en dificultad, o incluso en una verdadera emergencia, varias regiones del mundo.
Según los datos más recientes de las Naciones Unidas el financiamiento de cultivos ha bajo en promedio del 17% en 1980 al 3% en el 2006 y se estima que el número de personas que cada día sufren hambre es de 967 millones, gran parte de ellas concentradas precisamente en África. Y es justamente de esa zona del planeta de donde se está multiplicando el flujo migratorio hacia el Mediterráneo, Europa y otras regiones desarrolladas del mundo. Además, la crisis financiera no ha dejado ya de tener consecuencias, se calcula que desde inicios del próximo año los pobres del mundo habrán aumentado en 100 millones. El dato ha sido dado por el Presidente de la Banca Mundial, Robert Zoellick, subrayando la importancia de que la institución por él guiada, el Fondo Monetario Internacional y los gobiernos de los países más ricos del mundo no interrumpan absolutamente el esfuerzo en favor de las naciones en vías de desarrollo.
Esta situación ha sido también tomado en cuenta por el Santo Padre con ocasión del Día Mundial de la Alimentación (ver Fides de hoy). Benedicto XVI recordó que las razones de la actual crisis alimentaria son varias y que se mezclan entre sí por lo que es necesario “construir relaciones entre los pueblos basadas en una constante y auténtica disponibilidad, de procurar que cada país sea capaz de satisfacer las necesidades de las personas con dificultades y también de transmitir la idea de relaciones fundadas en el intercambio de conocimientos recíprocos, de valores, de asistencia rápida y de respeto”. (Mtp) (Agencia Fides 17/10/2008 líneas 51 palabras 730)


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