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Phnom Penh – La comunidad internacional, las organizaciones humanitarias y los países del ASEAN (Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático) ven con mucha preocupación el conflicto estallado los días pasados entre Camboya y Tailandia. Los enfrentamientos militares han producido dos muertos entre los soldados camboyanos y algunos heridos, mientras que 10 militares tailandeses han sido hechos prisioneros. El conflicto nació por la reivindicación del área donde surge el templo khmer de Preah Vihear, situado en una franja a lo largo de la frontera, y se ha ido radicalizando en los meses pasados por un creciente nacionalismo que se ha transformado en batallas militares que han generado tensión en toda la zona.
El Secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, ha pedido “moderación a ambas partes”, convocándolos a “coloquios bilaterales que puedan resolver de manera pacífica sus controversias”. Con la intención de llevar adelante una negociación, los comandantes del ejército tailandés y del ejército camboyano se han encontrado para buscar posibles soluciones a través del diálogo, mientras que centenares de civiles camboyanos están abandonando la zona.
El centro de la controversia está constituido por un espacio de casi 4,5 kilómetros cuadrados cercano al templo, que según la Corte Internacional de Justicia le pertenece a Camboya pero que Tailandia reclama como suya.
El templo de Preah Vihear, construido en el siglo IX d.C., reconocido a Camboya, ha sido declarado por la Unesco el 8 de julio pasado “Patrimonio de la humanidad”. En junio Tailandia y Camboya habían firmado un acuerdo con las Naciones Unidas en el que ambas partes aceptaban que el templo pertenecía a Camboya. Phnom Penh declaró además que no reclamarían la soberanía sobre la “zona tampón” del lado tailandés del templo.
El estallido de sentimientos nacionalistas, explotados en ambos países con fines políticos, generó nuevas tensiones. Los gobiernos, para no desilusionar la opinión pública interna, han llevado el tema hasta el enfrentamiento militar, lo que ha sido fuertemente criticado en el Sudeste Asiático.
Las posibilidades de hacer de dicha área, después de la declaración de la Unesco, una zona de alto interés turístico y comercial con evidentes ganancias tanto económicas como de imagen, han agudizado las diferencias y acelerado el conflicto. Después de una jornada de combates las armas han vuelto a callar, pero vista la inestabilidad política de ambos países los temores de un enfrentamiento armado, según los observadores, es real. (PA)(Agencia Fides 16/10/2008 líneas 32 palabras 414)
