AFRICA/CONGO RD - “Es necesario que la comunidad internacional ponga fin a su política ambigua en Kivu: no se puede poner en un mismo nivel a un gobierno legítimamente elegido y a un grupo armado responsable de atrocidades”, dicen los misioneros

lunes, 29 septiembre 2008

Kinshasa (Agencia Fides) - Nuevos enfrentamientos entre el ejército del Congo y los rebeldes del Congreso Nacional por la Defensa del Pueblo (CNDP) de Laurent Nkunda fueron registrados en el norte de Kivu, al este de la República Democrática del Congo. Los enfrentamientos se dieron en una localidad a 45 kilómetros de Goma, capital de la provincia.
Los enfrentamientos se dieron no obstante la presencia de los “Caschi Blu” de la Misión de las Naciones Unidas en Congo (MONUC) que afirmó haber reforzado el propio contingente, y del programa Amani, firmado por el mismo Nkunda (ver Fides 17/6/2006).
“Uno de los límites del programa Amani y de la mediación ofrecida por la comunidad internacional es el de haber provincializado y etnitizado el conflicto del Kivu, cuando en verdad los desafíos son de tipo nacional e internacional: la soberanía de un Estado, la intangibilidad de sus fronteras, el tráfico clandestino de armas, el comercio ilegal de minerales”, afirma una nota enviada a Agencia Fides por la “Red Paz para el Congo”, promovida por algunos misioneros que trabajan en Kivu. La nota afirma que existe un “funesto programa de anexión, de balcanización, de saqueo de recursos naturales de la RDC y de exterminio de su población”, de lo que Nkunda es uno de sus autores.
“Nkunda –recuerda la nota- a pesar de haber cometido todo tipo de extorsiones y de crímenes contra la población congolesa en la Provincia Oriental y en las dos Kivu, nunca ha sido perseguido, sin importar la existencia de una orden de arresto emitida por el gobierno congolés. Por el contrario, hoy en día dispone, sin ser molestado en lo más mínimo, de una porción de territorio congolés (el Masisi y el Rutchuru) en los que ha instaurado signos visibles de balcanización: aduanas, puestos de control, bandera del CNDP. En las zonas controladas por sus hombres, los impuestos son cobrados a su nombre, además tiene enormes ganancias del comercio ilegal de recursos mineros de la región”. El precedente del reconocimiento del Kosovo podría ser replicado en África con Kivu (y con Somaliland, que multiplica sus contactos con los gobiernos occidentales).
La población del este de la RDC es víctima de una política occidental que tiende a poner al mismo nivel a los dirigentes del país y a los rebeldes, ejército nacional y grupos armados. En el pasado, cuando se daba el dialogo inter-congolés, se buscaba la justificación en la falta de legitimidad popular del poder constituido. Pero ahora las cosas han cambiado. Ahora la RDC no solo tiene una Constitución aprobada por un referéndum popular, sino también instituciones fruto de elecciones libres, transparentes y democráticas, reconocidas por la misma comunidad internacional. ¿En base a qué derecho los dirigentes de un país soberano pueden ser tratados como si fueran jefes de milicia? Siguiendo esta política, se ha protegido a Nkunda de un gobierno que ha recibido, a pesar de todo, la legitimidad popular”, concluye la nota.
La crueldad de la guerra del Kivu también ha sido denunciada por un reporte de Amnesty International que afirma que por cada dos niños libres, cinco son raptados y obligados a ser niños –soldado. Muchos de los niños reclutados son ex combatientes que habían sido devueltos a sus familias tras haber sido liberados por los grupos armados que los habían raptado precedentemente. (L.M.) (Agencia Fides 29/9/2008: 38 líneas, 550 palabras)


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