ASIA/TIERRA SANTA - Mensaje del Patriarca de Jerusalén: “El hombre no está llamado a vivir en esta tierra en una guerra permanente... Aquellos que imponen la opresión tienen el deber de poner fin y la tierra conocerá por fin la seguridad y la paz tan deseadas”

jueves, 4 marzo 2004

Jerusalén (Agencia Fides) - “La Cuaresma debe hacernos volver a Dios y a los hermanos, para alejar todos los males que hay en nosotros, para tener la fuerza del espíritu y ser fuertes en todas las situaciones de nuestra vida. Entonces los otros respetarán nuestra fuerza porque es fruto del amor y no del orgullo o la opresión de los otros”. Es un trozo del Mensaje enviado a la Agencia Fides que el Patriarca de Jerusalén de los Latinos, su Beatitud Michel Sabbah, ha preparado con motivo de la Cuaresma.
En la primera parte titulada “Nuestra vida espiritual”, el Patriarca señala que la Cuaresma es tiempo de penitencia, de vuelta a Dios, de presencia ante el Señor. En medio de las preocupaciones cotidianas y las dificultades de la vida, el Espíritu de Dios “nos sostiene y nos da la verdadera fuerza para perseverar y permanecer fieles en nuestro combate espiritual, es nuestra guía en la edificación del Renio de Dios en la tierra, para que toda tierra, toda parroquia, se convierta verdaderamente en una morada de Dios y en una tierra santa”.
La segunda parte del mensaje que tiene por tema, “El conflicto de Tierra Santa en nuestra vida hoy” comienza recordando la invitación de la cuaresma a compartir: “Los difíciles tiempos que atravesamos y las numerosas privaciones a las que nos vemos sometidos , exigen que sepamos compartir... Viviendo en nuestras almas y recordando en nuestra oración la opresión de los unos y el miedo de los otros y asumiendo la responsabilidad de poner fin a ello, es como hacemos nuestra Cuaresma y construimos el Reino de Dios en nosotros y en nuestra sociedad en guerra”. La situación en la que se encuentra Tierra Santa y Palestina es una situación de guerra, señala el Patriarca: “asedio impuesto a todos, muerte para muchos, prisión y tortura , privaciones, demolición de casa y terrenos cultivados, atentados y víctimas inocentes. En medio de todo esto, nuestra vida es una búsqueda difícil y penosa de la justicia y la paz”.
Si bien los responsables de la guerra parecen actuar “como si hicieran planes de una guerra permanente y no de una paz definitiva” sin embargo, “el hombre no está llamado a vivir en esta tierra en una guerra permanente. Dios ha dicho: habitad la tierra en paz con Dios que la ha elegido como su morada y en paz con todos los que la habitan. No puede haber paz donde perdura la opresión y a violencia. Privar a un pueblo de su libertad y de su tierra es una opresión que ninguna conciencia puede aceptar”.
El mensaje recuerda que también los párrocos, religiosos y religiosas en todas las parroquias pasan horas ante los controles para realizar su servicio pastoral y exhorta a tener paciencia y a presentar a Dios en la oración a toda persona, palestina o israelita. “Acojamos pues estas dificultades como un compartir con todos los pobres de esta Tierra”. Por ultimo el mensaje concluye con una invitación a la esperanza: “La Cuaresma, tiempo de ayuno y de oración, es un tiempo de vuelta a Dios, Un tiempo de toma de conciencia del Reino de Dios que está en nosotros, con vistas a establecerlo fuera de nosotros, para que sea un reino de creyentes en Dios, lleno de su amor y de su fuerza”. (SL) (Agencia Fides 4/3/2004 Líneas: 40 Palabras: 597)


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