ASIA/NEPAL - “La Iglesia es estimada y apreciada porque está al servicio de la población, sobre todo en la instrucción. Unas 300 personas al año piden ser bautizadas”: Entrevista de Agencia Fides a Su Exc. Mons. Anthony Sharma, Vicario Apostólico del Nepal

lunes, 15 septiembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides)- “La Iglesia católica en Nepal está viviendo una estación feliz: somos estimados y apreciados porque estamos al servicio de la población, sobre todo en el campo de la instrucción. Lo testimonia el hecho que cada año entre 200 y 300 personas piden ser bautizadas”: es cuanto afirma en una entrevista a la Agencia Fides Su Exc. Mons. Anthony Sharma, S.I., Vicario Apostólico del Nepal, quien se encuentra en Roma para participar en un seminario de estudio destinado a Obispos ordenados en los últimos dos años, organizado por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Mons. Sharma destaca que la Iglesia siempre ha mostrado su presencia como un “ser una comunidad al servicio de la gente” y haber ganado de este modo la estima de todos los grupos sociales, políticos y religiosos presentes en Nepal.
Mons. Sharma cuenta a Fides las diversas fases de la misión de la Iglesia: “Tras la llegada de los primeros Capuchinos en el s. XVIII, Nepal estuvo por 140 años sin cristianos. La segunda fase de la misión inició en 1951, cuando llegaron los Jesuitas a realizar un servicio de instrucción en un país hindú, cuyo Rey era considerado la reencarnación de una divinidad. Entonces solo era posible abrir colegios mas no misionar. Esta fase duró hasta 1984, cuando las autoridades nepaleses pidieron a la Santa Sede iniciar relaciones diplomáticas: lo hicieron por razones de oportunidad política en cuanto Nepal –pequeño país entre dos gigantes como India y China- necesitaba obtener el pleno reconocimiento de la comunidad internacional. Y en efecto, después de las relaciones diplomáticas con el Vaticano, el reconocimiento se dio.
Sin embargo hubo un problema, pues en el país no había una sola iglesia: en el acuerdo para las relaciones diplomáticas, se incluyó la erección de una ‘Missio sui iuris’ en Nepal, de la que fui nombrado responsable en 1984. Desde entonces inició la tercera fase de la misión, que aún hoy vivimos con florecientes resultados: ¡El Señor ama a la pequeña iglesia en Nepal!”.
El Obispo cuenta como la Iglesia se relacionó con la población local: “Iniciamos a hacernos conocer con nuestra presencia: estar en la nación para servir, sobre todo asegurando el servicio de la instrucción que es hasta hoy la mayor necesidad: en efecto, la instrucción era un privilegio solo para los ricos, para las familias de castas más altas que podían permitirse pagar los estudios. La comunidad católica inició a desarrollar un servicio gratuito y destinado a todos, sin discriminación de casta, religión, raza: así, nos invitaron a las aldeas y con frecuencia nos regalaban terrenos para abrir nuevos colegios”.
“La instrucción –continúa el prelado- es la prioridad por tres motivos: representa una oportunidad para el desarrollo; dona dignidad y derecho a las mujeres que en la sociedad nepalesa son marginadas; combate el sistema de castas que en Nepal, como en India, está fuertemente enraizado en la vida social. En nuestras escuelas los alumnos son todos iguales, y esto es evidente por las relaciones que se dan entre ellos”.
El Obispo da a conocer los frutos de los últimos 25 años de trabajo: “Tenemos 27 colegios en todo el país, 6 en la capital Katmandú y 21 en las aldeas rurales. Garantizamos así la instrucción a más de 17mil estudiantes, entre estos a 9mil mujeres. Hemos reforzado nuestro rol de Iglesia presente para servir a la población, y esto nos ha hecho ganar la estima de toda la colectividad. Al punto que la comunidad católica cuenta con 7.000 bautizados, que cada año tiene un crecimiento de 300 personas: esto es posible porque en 1991 la nueva Constitución ha dado libertad de culto y de religión (no de proselitismo) y así quien nos pide ser cristiano puede ser acogido. Esto implica un serio camino de dos años de catecumenado, antes de impartir el Bautismo”.
La Iglesia en Nepal está comprometida en diversos tipos de servicio social, a beneficio de los pobres, de los enfermos, marginados: “Hemos sido los primeros en ocuparnos de los niños con retraso o minusválidos, que son muy numerosos en el país. Actualmente son tres los centros católicos que trabajan para su asistencia. En 1989 hemos instituido la Caritas Nepal, que es parte de la red de la Caritas Internationalis”.
La comunidad católica en Nepal cuenta con el aporte de 6 congregaciones religiosas masculinas y 17 femeninas, un total de 65 sacerdotes y 155 religiosas. Entre los nuevos desafíos la Iglesia quiere “estar presente en la parte occidental del país, para lo que hemos pedido nuevamente el aporte de los frailes Capuchinos; poder construir nuevas iglesias, pues actualmente existen 5 parroquias sin iglesia; potenciar nuestro servicio en el campo de la asistencia sanitaria, que es una gran necesidad para el país”.
A nivel político y social –concluye Mons. Sharma- las relaciones son buenas, incluso con los partidos maoístas: “Todos nos aprecian porque ven que la Iglesia está de la parte de la gente y al servicio de esta: el Señor ha hecho grandes cosas por la pequeña comunidad en Nepal”. (PA) (Agencia Fides 15/9/2008 líneas 60 palabras 881)


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