AMERICA/MEXICO - Judíos y católicos se comprometen a luchar por la democracia, la libertad religiosa y valores elementales como son la familia y la vida

jueves, 11 septiembre 2008

Ciudad de México (Agencia Fides) - Con la presencia de seis cardenales de América Latina y el Caribe y altos representantes del Congreso Judío Latinoamericano, fue inaugurado el martes 9 de septiembre el Encuentro de Diálogo Judío-Católico de dos días de duración, como una respuesta permanente al llamado del Concilio Vaticano II, el documento de Puebla de la CELAM y de la declaración Nostra Aetate. El Encuentro fue convocado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y el Congreso Judío Latinoamericano (CJL) para estudiar conjuntamente la realidad del continente buscando profundizar el entendimiento y el respeto entre católicos y judíos en Latinoamérica y el Caribe. Ha contado además con el apoyo del Comité Central de la Comunidad Judía de México y de la Conferencia Episcopal de México.
Entre los asistentes al encuentro figuraban el Cardenal emérito de Washington Mons. Theodoro McCarrick; el Cardenal de Caracas (Venezuela), Jorge Urosa; el Cardenal de Monterrey, Nuevo León (México) Francisco Robles Ortega; el Cardenal de Sau Paulo (Brasil), Odilo Sherer; el Cardenal de República Dominicana, Nicolás de Jesús Rodríguez y rabinos como Marcelo Rittner, Abraham Palti, Claudio Epelman, director del Congreso Judío Latinoamericano entre otros. En total han participado 30 representantes de ambas religiones. Tras dos días de trabajo en materia de diálogo interreligioso entre judíos y católicos se dio a conocer un pronunciamiento conjunto titulado “Declaración de México”.
“Judíos y católicos debemos trabajar como hermanos, creados a imagen y semejanza de Dios, activamente, en la sociedad civil, a fin de propiciar en nuestra calidad de creyentes y ciudadanos, un mundo más justo y solidario, sostenido por los valores trascendentes comunes de nuestras tradiciones”, se lee en la declaración.
A continuación recuerdan la necesidad de respetar los derechos humanos, primordialmente el derecho a la vida, para poder construir un sociedad justa y solidaria. “En este sentido – continúa el texto -, afirmamos la dimensión trascendente de la vida y la importancia de la familia como el santuario por excelencia para la transmisión del amor, la compasión, la solidaridad y la ética, creando desde la más temprana edad todo lo que favorece a una convivencia social, sin prejuicio ni violencia, justa, respetuosa de cada persona y constructora del bien para todos”.
Los participantes se comprometen a redoblar esfuerzos para el fortalecimiento de la democracia promoviendo una ciudadanía activa y dialogante a la vez que piden al Estado y a los organismos de la sociedad civil “asumir la responsabilidad que tienen a la hora de definir sus políticas, para que los derechos, las libertades y los valores, favorezcan el bien de todos”.
A continuación los dirigentes religiosos denuncian algunos de las males presentes en el continente como son la injusticia, la desigualdad económica, los abusos de poder, de algunos individuos, instituciones discriminaciones y exclusiones sociales comprometiéndose a luchar contra ellos desde su raíz. “En este campo –a firman - debemos poner especial atención y dedicación a proteger a los más vulnerables, al niño, a la mujer, el anciano, al enfermo, al desposeído, al marginado y al indefenso”. Se comprometen también a “combatir toda manifestación de antisemitismo y cualquier forma de discriminación o marginación por motivos raciales o religiosos”, para lo cual es Estado y la sociedad deben garantizar la libertad religiosa
“Con esperanza auguramos un próximo encuentro para fortalecernos mutuamente para la consecución de estas metas, que reconocemos comunes a nuestras tradiciones de fe”, concluye el texto. Este es el segundo encuentro continental de este tipo y la siguiente reunión se prevé pueda tener lugar dentro de tres años. (RG) (Agencia Fide 11/9/2008


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