AMERICA/PARAGUAY - Los Obispos piden al nuevo gobierno tener en cuenta los valores propios de la naturaleza de la persona humana, especialmente respecto a la vida, a su promoción y defensa desde su concepción hasta su muerte natural

miércoles, 3 septiembre 2008

Asunción (Agencia Fides) - Días antes de la toma de posesión como Presidente de Paraguay de Fernando Lugo, los Obispos del Paraguay recordaron al nuevo gobierno por medio de un Mensaje, los puntos no negociables en la vida política, enunciados por el Santo Padre.
En su Mensaje los Obispos afirman que “desde los albores del nacimiento de la Nación, la Iglesia Católica ha estado presente en la vida nacional”. El pasado 20 de abril, recuerdan los Obispos, se expresó el anhelo de cambio en la población que optó por una nueva etapa de la vida nacional. “Nadie duda – continua el texto - de la importancia que tiene llevar esas expectativas a la práctica, eliminando de la actividad política errores y prácticas negativas y la urgente adopción de medidas para buscar el bien común sobre los intereses personales, familiares, grupales y partidarios”. Sin embargo, en este caso, el hecho “tiene un agente operativo principal del cambio político. El señor Fernando Lugo, quien fuera miembro de esta Conferencia Episcopal, alejado de ella por propia voluntad y dispensado del estado clerical por el Papa Benedicto XVI, se constituye en Presidente de la República del Paraguay”.
“No parece necesario destacar que la Iglesia Católica no se identifica con el nuevo Gobierno”, afirman los Obispos a la vez que recuerdan que “tanto la Iglesia como el Estado son instituciones independientes y autónomas. Cada una trabaja a favor del pueblo. Lo hace manteniendo relaciones respetuosas y cordiales. Colaboran entre sí y mutuamente promueven el bienestar de todos los hombres que viven en este suelo patrio”.
En esta situación especial “la Conferencia Episcopal Paraguaya reitera su disposición de apoyar toda política de bien común, que promueva la dignidad y los derechos de las personas y que busque un desarrollo integral del pueblo y de sus comunidades”. Así mismo, “mantendrá como hasta ahora una actitud crítica constructiva con respecto a la gestión del Gobierno y seguirá procurando que se escuche su voz profética de anuncio y de denuncia”.
Igualmente, los Prelados aseveraron que "aunque el Estado tiene carácter no confesional, debe respetar la libertad religiosa, de culto y de conciencia" enfatizando que "debe tener en cuenta los valores propios de la naturaleza de la persona humana, muy especialmente en lo que hace referencia a la vida, a su promoción y defensa desde su concepción hasta su muerte natural". También reafirmaron la defensa de la familia tradicional, "que se fundamenta en el matrimonio del varón y una mujer, la promoción de los pobres, de los campesinos, de los indígenas así como de los ancianos, enfermos y abandonados". (RG) (Agencia Fides 3/9/2008)


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