AMERICA/ECUADOR- Lanzamiento de la Gran Misión Continental al termino del CAM 3: “Es el Espíritu el que nos impulsa a sentir con Asia, África, Europa y Oceanía; a querer compartir nuestra fe”. El “Mensaje a la humanidad, Familia de Dios”

lunes, 1 septiembre 2008

Quito (Agencia Fides) – Con el lema "América con Cristo, escucha, aprende y anuncia" finalizó el III Congreso Americano Misionero CAM3 celebrado en la ciudad de Quito (Ecuador) del 15 al 17 de agosto del 2008. Según los datos suministrados en el Congreso ha habido un total de 3110 participantes de los cuales 1358 eran ecuatorianos, y 1401 internacionales; 1219 misioneros de los 5 continentes que se han alojado en casas de familias quiteñas, así como también, 955 misioneros nacionales; 94 invitados especiales entre los que se encuentran: Presidentes de Conferencias Episcopales, Generales de Congregaciones Religiosas, Provinciales, Delegados de Comunidades Religiosas, Autoridades Eclesiales, Ponentes, Comentaristas y otros invitados. En el CAM 3 han participado también Su Exc. Mons. Robert Sarah, Secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y el P. Vito del Prete, PIME; Secretario general de la Pontificia Unión Misionera.
Los participantes provenían de los siguientes países de Europa: Italia, España, Alemania, Polonia, Suiza, Portugal; de América: Colombia, Brasil, Honduras; de África: Etiopía; de Asia: Indonesia y de Oceanía: Papua Nueva Guinea. Ha habido delegaciones de 33 países, entre ellos 80 Obispos, 465 sacerdotes, 250 religiosos, 22 diáconos, y 664 laicos. Del Ecuador participaron 21 obispos, 133 sacerdotes, 307 religiosos, 21 diáconos, 87 seminaristas y 816 laicos. En representación del Santo Padre Benedicto XVI fue enviado el Cardenal Nicolás López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo y Primado de América Latina.
El objetivo principal del Congreso proyectado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) era "promover la profundización de la fe y el fortalecimiento de la Iglesia, para contrarrestar el efecto de las sectas, que han captado a muchos católicos, y algunos conceptos teológicos, que han sembrado el desconcierto". Igualmente se buscaba actualizar en las iglesias particulares de América el acontecimiento del Pentecostés, para que desde la experiencia del discipulado se pongan en "estado de misión" e impulsen la nueva evangelización y la Misión Ad Gentes.
Al término de la multitudinaria Misa de clausura del Congreso el Presidente del CELAM, Mons. Raymundo Damasceno Assis, lanzó la Gran Misión Continental, fruto de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe que se realizó en Aparecida, Brasil en 2007. El Card. Antonio González Zumárraga, Presidente de honor de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y Presidente de la Comisión organizadora del CAM3, anunció que el próximo encuentro continental misionero, CAM 4, tendrá lugar en el 2012 en Maracaibo, Venezuela.
Al termino del Congreso se difundió el Mensaje del CAM 3 a la humanidad, Familia de Dios en el que se recuerda que “es el Espíritu el que nos impulsa a sentir con Asia, África, Europa y Oceanía; a querer compartir nuestra fe y hacer juntos el camino del Reino”. Los misioneros reafirman además su deseo de permanecer siempre como discípulos y “seguirle dejando atrás situaciones establecidas, redes, barcas, padres, tierra, todo; estructuras, éxitos y estilos que establecen y dan seguridad”. En efecto, “la centralidad de Cristo en nuestra vida de discípulos es la raíz de la identidad misionera, crea y renueva constantemente la comunión fraterna y sostiene el compromiso en la transformación del mundo por medio del servicio misionero”.
En una misión que va a contracorriente de la sociedad es necesario asumir “el reto del crecimiento de la pobreza que afecta a la mayoría de la población mundial y que es consecuencia de la expansión de estructuras y sistemas socioeconómicos y políticos injustos”.
La Misión, continua la declaración, se sitúa en el corazón del mundo, por ello “miramos a la sociedad entera en sus aspiraciones, proyectos, humanismo y sed de Dios. Nos duele verla sufrida por la crisis del modelo económico y social, por la crisis ecológica, cultural y democrática; más aún por la pobreza, la exclusión, la violencia y la persecución”.
Ante esta situación, los misioneros recuerdan que no hay recetas concretas “sino la confianza en el Señor, el corazón abierto y dar razón de nuestra esperanza a la luz del Evangelio”. “Estamos convocados a comprometernos con nuestra iglesia y sociedad, colaborando en definir y realizar etapas, prioridades y metas de esta historia; a vivir la solidaridad, el compartir y la gratuidad vividas por la comunidad misionera”.
Concluyen manifestando su deseo de “ponerse con la Iglesia en estado permanente de misión”, “ser servidores entre los pobres, consuelo y fortaleza del corazón” y “dar vida a toda la humanidad, comunicar la belleza y el vigor de Jesús, reconciliar y unir a la familia humana”. (RG) (Agencia Fides 1/9/2008)


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