AMERICA/PANAMA - Encuentro Latinoamericano sobre trata de personas para contribuir a la formación de agentes de pastoral para la prevención y atención a las victimas

viernes, 1 agosto 2008

Panamá (Agencia Fides) – Del 5 al 8 de agosto de 2008 se va a celebrar un Encuentro Latinoamericano sobre trata de personas, en la ciudad de Panamá, organizado por la Sección de Movilidad Humana del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). El objetivo de dicho encuentro es contribuir a la formación de agentes de pastoral para actuar en las tres dimensiones: prevención; incidencia, atención a las víctimas de trata y tráfico de personas.
La trata de personas es un fenómeno muy antiguo que solo desde las últimas dos décadas ha venido saliendo lentamente a la luz pública, se lee en el comunicado del CELAM. Su conceptualización y definición es aun más reciente. Estamos frente a un problema viejo con un nombre nuevo, frente a un verdadero flagelo, conocido también como la “Esclavitud del Siglo XXI”.
En el siglo XIX se hacía referencia a la Trata de Blancas, para definir el comercio de mujeres blancas, europeas y americanas que eran raptadas para servir como prostitutas o concubinas generalmente en países árabes, africanos o asiáticos. Posteriormente, el comercio de mujeres se desplaza hacia a otros continentes y razas, dejando en desuso dicha definición. En la actualidad, personas provenientes de América Latina, el Caribe, África, Asia y Europa del Este son desplazadas de un sitio a otro, por engaño, violencia o amenaza, para ponerlas a trabajar en condiciones en las que son abusadas, tratadas como esclavas o forzadas a trabajar por escasa remuneración. Se estima que hoy en día hay en todo el mundo entre seiscientas a ochocientas mil víctimas de esta forma moderna de esclavitud.
La Trata de Personas se ha vuelto la esclavitud lucrativa después del tráfico de drogas y armas. De igual forma se ha convertido en una realidad cotidiana, se presenta en la televisión en distintos noticieros, en la prensa escrita y en las calles; es sin lugar a dudas una violación flagrante de los Derechos humanos, la cual nos “retrata de cuerpo completo” como una sociedad, cobarde. “En la medida que sigamos guardando silencio y tolerando esta lacra que mina cada vez mas nuestras sociedades y genera corrupción, nos convertimos en cómplices”, concluye el comunicado. (RG) (Agencia Fides 1/8/2008)


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